Perspectiva Milenaria: Premilenialismo histórico | Escatologia con Feliberto Vasquez Rodriguez
Introducción
El término premilenarismo
quiere decir que Cristo regresará antes del milenio para establecer su reino
terrenal de mil años. Sin embargo, hay dos formas distintas de premilenarismo:
el premilenarismo “histórico” (o premilenarismo no dispensacional) y
premilenarismo dispensacional. Algunos voceros prominentes del premilenarismo
histórico han sido George E. Ladd y J. Barton Payne.
El sistema hermenéutico
del premilenarismo histórico lo diferencia del premilenarismo dispensacional.
En el premilenarismo histórico no se distingue entre Israel y la iglesia,
tampoco se requiere un método de interpretación consistentemente literal.[1] Ladd sugiere que dadas
esas características, Isaías 53 no es una profecía mesiánica; aun así, en el
Nuevo Testamento se dice que sí lo es; por lo tanto, la “hermenéutica
literal no funciona”.[2]
Más aún, “el Nuevo
Testamento aplica profecías del Antiguo a la iglesia neotestamentaria, y al
hacerlo la identifica con el Israel espiritual”.[3]
Un ejemplo de esto se encuentra en Romanos 9:25- 26, donde se cita Oseas
1:9-10; 2:23. En la cita del Antiguo Testamento se refiere a Israel, mientras
que en la del Nuevo Testamento se refiere a la iglesia. Otros ejemplos de esta “hermenéutica
espiritualizada” se encuentran en Romanos 2:28-29; 4:11, 16 y Gálatas 3:7,
29. La aplicación del nuevo pacto de Jeremías 31:33-34 a la iglesia en Hebreos
8 es otro ejemplo. Ladd concluye que “Pablo ve a la iglesia como un Israel
espiritual”.[4]
El método de interpretación
ya mencionado y sus conclusiones son semejantes a las del amilenarismo, sugiere
Ladd.[5] Sin embargo, hay una
diferencia entre el premilenarismo histórico y el amilenarismo en el
reconocimiento de una nación literal de Israel en el futuro; el primero lo
reconoce, y el segundo lo niega. Romanos 11:26 declara: “y luego todo Israel
será salvo”, una referencia al Israel nacional. A partir de esta
declaración es evidente que habrá un futuro para el país. Sin embargo, los
detalles sobre ese futuro no son claros. Ni siquiera está claro si la
conversión futura de Israel tiene relación con el milenio.[6]
La tribulación
Dado que el
arrebatamiento pretribulacional está ligado a una clara diferenciación entre el
programa de Dios para Israel y su programa para la iglesia, y como algunos
premilenaristas históricos no aceptan esa distinción, el premilenarismo
histórico enseña que la iglesia pasará por la tribulación. George Ladd
argumenta que ésa era la creencia de la iglesia primitiva,[7] e incluso argumenta que
los términos griegos relacionados con la venida de Cristo (parousia, apokalypse
y epifanía) no distinguen las dos venidas diferentes, como enseñan los
partidarios del arrebatamiento pretribulacional.[8] Tras haber examinado los
pasajes clave, Ladd concluye que en el Nuevo Testamento no es clara la
enseñanza sobre el arrebatamiento pretribulacional. Él declara: “La Palabra
de Dios no afirma en ninguna parte que el arrebatamiento y la resurrección de
los creyentes sean anteriores a la tribulación”.[9]
Los argumentos a favor de
que la iglesia estará en la tierra durante la tribulación pueden resumirse así:
(1) El postribulacionismo es la postura histórica de la iglesia primitiva; el
pretribulacionismo es reciente.[10] (2) Aunque la iglesia
esté en la tierra durante la tribulación, experimentará sufrimientos y pruebas
mas no la ira de Dios, reservada para los incrédulos. (3) No hay resurrección
separada de los santos de la era de la iglesia y los creyentes del Antiguo Testamento;
todos resucitarán al mismo tiempo: justo antes del establecimiento del reino de
Cristo.[11] (4) La esperanza de los
escritores del Nuevo Testamento no era un arrebatamiento secreto, sino la
segunda venida de Cristo. Todas las declaraciones sobre su regreso se
relacionan con una venida, no con una venida secreta para la iglesia antes de
la tribulación y luego, posterior a la tribulación, una venida visible para
gobernar.[12]
(5) La iglesia incluye a los salvos de todas las épocas y, como las Escrituras
indican que habrá creyentes en la tierra durante la tribulación (por ejemplo,
Ap. 7:14), significa que la iglesia no será arrebatada antes de la tribulación.
La segunda venida
De acuerdo con
Apocalipsis 19:6-10, el premilenarismo histórico dice que la fiesta de bodas
del Cordero (“la unión con su novia, la iglesia”) ocurrirá en la
segunda venida de Cristo.[13] Ello se describe con más
detalle en lenguaje metafórico (Mt. 25:1-13; 2 Co. 11:2). Cristo conquista a
sus enemigos en su regreso triunfal y envía a la bestia y al falso profeta al
lago de fuego (Ap. 19:20). Al diablo también se le ata en un abismo sin fondo
durante mil años (Ap. 20:2-3), y al final de esos mil años se le arroja al lago
de fuego (Ap. 20:10).
La “primera
resurrección” describe la resurrección corporal de los santos de todas las
épocas (Ap. 20:4-5); no habrá una resurrección separada de los santos de la era
de la iglesia y los del Antiguo Testamento. Los muertos creyentes de todas las
épocas resucitarán en el regreso de Cristo; los muertos incrédulos resucitarán
al final del milenio.
El milenio
El reino de Cristo no
comienza con algún evento futuro, Él ya está reinando en el cielo.[14] En este momento Cristo
está sentado a la diestra de Dios como rey mesiánico. “El Nuevo Testamento
no limita el reino de Cristo a Israel en el milenio; es un reino espiritual en
el cielo que ya ha comenzado”.[15]
Filipenses 2:5-10 declara que Cristo actualmente gobierna desde el trono (cp. 1
Co. 15:24; 1 Ti. 6:15). Hechos 2:34-35 (que cita el Salmo 110:1) indica que el
trono de David se ha transferido de Jerusalén al cielo.[16] Así las cosas, el
gobierno de Cristo no pertenece sólo a la era del milenio, sino también a la
era presente.
De acuerdo con 1
Corintios 15:23-26, el triunfo del reino de Cristo puede verse en tres etapas:[17] (1) La resurrección de
Cristo es la primera etapa y le sigue un intervalo indefinido; (2) la parousia
de Cristo y la resurrección de los creyentes seguida por un intervalo
indefinido; (3) “el fin”, cuando Cristo completa la sujeción de sus
enemigos.
Entonces, el reinado
mesiánico de Cristo se ha ido revelando en la historia, no sólo en el milenio;[18] de hecho, “Cristo comenzó
su reino mesiánico con su resurrección-ascensión; pero su reino presente es
invisible… El orden de la era porvenir incluye un cielo nuevo y una tierra
nueva, y será muy diferente del orden actual, pues se podrá decir de él que
está más allá de la historia.[19]
[1] George E. Ladd, “Historic
Premillennialism”, en The Meaning of the Millennium [¿Qué es el milenio?], pp.
19-27.
[2] Ibíd., p. 23.
[3] Ibíd., p. 23.
[4] Ibíd., p. 25
[5] Ibíd., p. 27.
[6] Ibíd., p. 28.
[7] George E. Ladd, The Blessed Hope
(Grand Rapids: Eerdmans, 1956), pp. 19-31.
[8] Ibíd., pp. 62-70.
[9] Ibíd., p. 88.
[10] Ibíd., pp. 19-31; Alexander Reese,
The Approaching Advent of Christ (Reimpresión. Grand Rapids: Grand Rapids
International, 1975), p. 19. Ya se han cuestionado las sugerencias en cuanto a
que el postribulacionismo era la perspectiva de la iglesia primitiva y que el
pretribulacionismo es una perspectiva reciente. Véase Walvoord, The Rapture
Question (Grand Rapids: Dunham, 1957), pp. 52-56, 135-139.
[11] Reese, The Approaching Advent of
Christ, pp. 34-94.
[12] Ibíd., pp. 125-166; Ladd, The
Blessed Hope, pp. 61-70.
[13] Ladd, “Historic Premillennialism”,
en The Meaning of the Millennium [¿Qué es el milenio?], p. 34.
[14] Ibíd., pp. 29-32.
[15] Ibíd., pp. 29-30.
[16] Ibíd., p. 31.
[17] Ibíd., pp. 38-39.
[18] Ibíd., p. 39. Ladd declara: “La
mayor parte del Nuevo Testamento no prevé el reino milenario… Por ningún lado
presenta la teología del Milenio”.
[19] Ibíd., p. 39.
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