Perspectiva Milenaria: Postmilenialismo | Escatologia con Feliberto Vasquez Rodriguez

 

Introducción

La perspectiva postmilenarista fue particularmente popular en el siglo XIX, y era la posición de los principales teólogos de finales del mismo siglo y comienzo del siguiente. Entre ellos se contaban Charles Hodge, William G. T. Shedd, B. B. Warfield, A. A. Hodge, A. H. Strong y otros. El momento de dicha perspectiva es notorio, pues siguió un período de optimismo y progreso en ciencias, cultura y el nivel de vida en general. Además, fue anterior a las dos guerras mundiales. El postmilenarismo declinó considerablemente después de las guerras mundiales, porque las conflagraciones contradecían el optimismo de la doctrina.

Se puede definir el postmilenarismo como “la perspectiva de las últimas cosas según la cual el reino de Dios se extiende ahora por el mundo a través de la predicación del evangelio y de la obra salvadora del Espíritu Santo en los corazones de los individuos, según la cual el mundo se hará cristiano a la larga y el retorno de Cristo ocurrirá al final de un largo período de justicia y paz, normalmente llamado ‘milenio’”.[1]

El término postmilenarismo quiere decir que Cristo regresará después del milenio. La era actual se desarrollará moral y espiritualmente hasta que llegue la era del milenio, cuyo final estará marcado por el regreso de Cristo a la tierra.

El milenio[2]

El postmilenarismo adopta una perspectiva optimista con respecto a la era actual; prevé una era dorada de progreso en la era de la iglesia que afecta todas las dimensiones de la vida: política, cultural, económica y social. El postmilenarismo prevé una iglesia triunfante, que esparce el evangelio hasta los confines de la tierra, con el resultado que “el mal, en sus múltiples formas, se reducirá finalmente a proporciones insignificantes; los principios cristianos serán la norma, no la excepción, y Cristo regresará a un mundo verdaderamente cristianizado”.[3]

(1) Naturaleza del milenio. La era del milenio será semejante al presente en muchos aspectos: habrá matrimonios y nacimientos; el pecado estará presente, aunque se reducirá en grandes cantidades debido al esparcimiento del evangelio, y los principios y preceptos de conducta cristianos serán la norma, no la excepción. La era actual dará paso gradualmente al milenio como resultado del progreso del evangelio, pero la vida continuará en su forma presente. Cristo regresará al final del milenio.

(2) Progreso del evangelio. Hay pasajes de las Escrituras que parecen enfatizar la conversión de un amplio número de personas. Zacarías 9:10 dice que el reino de Cristo será “de mar a mar”. Números 14:21 enfatiza que su “gloria llena toda la tierra”. Isaías 49:6 se refiere a Cristo como “la luz de las naciones”. Los Salmos 2:8; 47:2-8; 72:7-11; 86:9 y 110:1 aparentemente hacen referencia a la misma verdad. Como Cristo murió por el mundo, ha de concluirse que al final se va a salvar gran parte de él (lo cual no sugiere la doctrina del universalismo).

La razón para la cristianización del mundo es el progreso del evangelio. En Apocalipsis 19:11-21 se dice que el regreso de Cristo se dará en un mundo obediente y cumplidor de la Gran Comisión (Mt. 28:18-20); el evangelio se ha llevado hasta los confines de la tierra y Cristo, por medio de sus siervos, vence en el mundo. Apocalipsis 19:11-21 “es una descripción de todo el período entre la primera y la segunda venida, visto desde la perspectiva celestial. Es el período en que se consolida la victoria del Hijo de Dios en el mundo, enfatizando, en armonía con su ubicación al final del libro, la totalidad de la victoria”.[4]

(3) El progreso en el mundo. Los postmilenaristas dicen que ha habido un progreso espiritual y material en el mundo, lo cual sugiere que éste va mejorando. Estados Unidos ha dado más de 160 mil millones de dólares en ayuda externa desde la segunda guerra mundial,[5] lo cual no incluye otras formas de ayuda caritativa, como la destinada a iglesias locales. A diferencia de los días anteriores a la Reforma, la Biblia está disponible en la mayoría de los idiomas modernos, por lo cual el 98% de la población mundial tiene la Biblia en su propio idioma. La radio y la televisión cristiana llegan a incontables hogares con el mensaje del evangelio; los institutos, universidades y seminarios bíblicos preparan a más personas que antes. El resultado es que hay casi mil millones de partidarios nominales del cristianismo.

Se ha observado un importante progreso en el transporte con la llegada del automóvil y del avión. Se pueden mencionar los avances en la educación y los logros de la ciencia, así como en asistencia médica. Todas estas cosas sugieren el progreso y el triunfo final del evangelio y la inauguración del milenio. No obstante, el milenio no se debe entender como mil años literales, sino en contexto simbólico. De hecho, el milenio puede durar más de mil años.

Segunda venida de Cristo

A diferencia del premilenarismo, según el cual el retorno de Cristo es anterior al milenio, el postmilenarismo declara que Cristo regresará al final del milenio. A diferencia del amilenarismo y del premilenarismo, según los cuales Cristo regresará a un mundo cada vez más pecador, el postmilenarismo enseña que Cristo regresará a un mundo cada vez mejor. Las misiones modernas y los grandes avivamientos de George Whitefield y Jonathan Edwards son precursores de la segunda venida de Cristo.[6] Pasajes como Daniel 2:44-45; Mateo 13:31-32; 24:14 y Colosenses 1:23 sugieren el progreso del evangelio antes del regreso de Cristo.

 El regreso de Cristo será literal y visible (Hch. 1:11; 1 Ts. 4:16; Ap. 1:7). No obstante, el tiempo de su venida es desconocido.

La resurrección de los muertos

En general, los postmilenaristas están de acuerdo con los amilenaristas en lo relativo a la resurrección. Habrá una resurrección general de creyentes e incrédulos (Dn. 12:2; Mt. 25:31-32; Jn. 5:28-29; Hch. 24:15; Ap. 20:12-13) que tendrá lugar conjuntamente con el regreso de Cristo (1 Co. 15:23-24; 1 Ts. 4:16).[7]

Juicio final

En general, los postmilenaristas también están de acuerdo con los amilenaristas en lo relativo al juicio final. En la segunda venida de Cristo habrá una resurrección general y un juicio general para todas las personas (Mt. 13:37-43; 25:32) y para los ángeles (2 P. 2:4). Habrá juicio por las obras hechas en el cuerpo y se juzgará a las personas según la luz que hayan recibido (Lc. 12:47- 48). Se juzgará a quienes han oído el evangelio de acuerdo con su actitud para con Cristo.[8]

El estado eterno

Los postmilenaristas enseñan que después de que Cristo juzgue, los justos serán llevados a vida eterna y los impíos, a castigo eterno. La disposición final de creyentes e incrédulos será inalterable y no tendrá fin. Para los creyentes será “la plenitud y perfección de la vida santa, en comunión con Dios y con los espíritus santificados”.[9] Sin embargo, habrá grados de recompensa en función de la fidelidad mostrada (Lc. 19:17, 19; 1 Co. 3:14-15).

El creyente pasará la eternidad en el cielo, identificado como este mundo en una forma renovada.[10] Los pecadores pasarán la eternidad sumidos en un castigo sin fin (Mt. 25:31-33, 41, 46).[11]



[1] Loraine Boettner, The Millenium (Filadelfia: Presbyterian & Reformed, 1966), p. 14. Véanse pp. 3-105 para la posición definitiva y representativa del postmilenarismo.

[2] Véase Boettner, The Millenium, pp. 14-62 y “Postmillennialism” en The Meaning of the Millennium [¿Qué es el milenio?], pp. 117-141, para más detalles.

[3] Boettner, The Millennium, p. 14.

[4] B. B. Warfield, Biblical Doctrines (Nueva York: Oxford Univ. 1929), p. 648.

[5] Boettner, “Postmillennialism”, en The Meaning of the Millennium [¿Qué es el milenio?], p. 126.

[6] H. Strong, Systematic Theology (Valley Forge, Judson, 1907), p. 1003, 1008.

[7] Véase la discusión de Charles Hodge, Systematic Theology [Teología sistemática], 3 vols. (Reimpresión. Londres: Clarke, 1960), pp. 3:838-844. Publicado en español por Clie.

[8] Ibíd., pp. 3:849-850.

[9] Strong, Systematic Theology, p. 1030.

[10] William G. T. Shedd, Dogmatic Theology, 3 vols. (Reimpresión. Nashville: Nelson, 1980), p. 2:665.

[11] Para una explicación completa de la doctrina del infierno, véase Shedd, Dogmatic Theology, pp. 2:667-754. Shedd presenta un estudio exegético convincente de la duración eterna delsufrimiento en el infierno y refuta la doctrina de la aniquilación.


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