La encarnación de Jesús | Cristología con Feliberto Vasquez Rodriguez


 

LA ENCARNACIÓN DE CRISTO

Significado de la encarnación

La palabra encarnación quiere decir “en la carne”, y denota el acto por el cual el Hijo eterno de Dios tomó para sí una naturaleza adicional —la humana— a través del nacimiento virginal. El resultado es que la deidad de Cristo permanece intachable para siempre, como ha sido desde el pasado eterno; pero también posee humanidad verdadera y sin pecado en la misma Persona para siempre (cp. Jn. 1:14; Fil. 2:7-8; 1 Ti. 3:16). Explicación de la encarnación Genealogías. Hay dos genealogías que describen la encarnación de Cristo: Mateo 1:1-16 y Lucas 3:23-38. La relación entre estas dos genealogías ha provocado debates y controversias. Pero vale la pena anotar una cosa: las dos genealogías trazan el linaje de Jesús hasta David (Mt. 1:1; Lc. 3:31) y con ello enfatizan su legítima afirmación como heredero del trono de David (cp. Lc. 1:32-33). Parece que Mateo describe el linaje de José (cp. el v. 16), y como el heredero reclamaba su lugar a través de su padre, el derecho de Jesús al trono davídico llegaba por medio de José, su padre adoptivo.[1] Lucas cita el linaje de Jesús desde María hasta Adán, con lo cual “conecta a Cristo con la simiente de la mujer predicha”.[2]

Nacimiento virginal

El nacimiento virginal fue el medio por el cual tuvo lugar la encarnación y garantizó la naturaleza no pecaminosa del Hijo de Dios. Por esa razón era esencial. Isaías 7:14 predice el nacimiento virginal y Mateo 1:23 hace un comentario donde indica que éste se cumplió en el nacimiento de Cristo. Mateo 1:23 identifica a María como “virgen” (gr., parthenos, que denota claramente a una virgen).[3] Los textos de Mateo y Lucas son claros en la enseñanza del nacimiento virginal. Mateo 1:18 enfatiza que María estaba embarazada antes de que José viviera con ella; más aún, el mismo versículo indica que su embarazo se debió al Espíritu Santo. Mateo 1:22-23 enfatiza que en el nacimiento de Cristo se cumplió la profecía del nacimiento virginal de Isaías 7:14. Mateo 1:25 enfatiza que María fue virgen hasta el nacimiento de Cristo. Lucas 1:34 declara que María no había tenido relaciones con hombre alguno, mientras que en Lucas 1:35 el ángel le explica a María que su embarazo se debió a que el Espíritu Santo la cubrió con su sombra.[4]


[1] Una obra importante en este estudio es W. W. Barndollar, Jesus’ Title to the Throne of David: A Study in Biblical Eschatology (Findlay: Dunham, 1963).

[2] John F. Walvoord, Jesus Christ Our Lord [Jesucristo nuestro Señor] (Chicago: Moody, 1969), p. 104. Publicado en español por Ediciones Las Américas.

[3] William F. Arndt y F. Wilbur Gingrich, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, 2ª ed., F. Wilbur Gingrich y Frederick W. Danker, eds. (Chicago: Univ. of Chicago, 1979), p. 627.

[4] Véase Donald Grey Barnhouse, God’s Freedom: Exposition of Bible Doctrine, Taking the Epistle to the Romans as the Point of Departure, 10 vols. (Grand Rapids: Eerdmans, 1963), pp. 1:43-48. Barnhouse demuestra la necesidad bíblica y lógica del nacimiento virginal.

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