Teología de la era patriarcal | Teologia Biblica con Feliberto Vasquez Rodriguez

 

TEOLOGÍA DE LA ERA PATRIARCAL

El concepto del reino se hace más evidente en Génesis 12. Este capítulo marca un cambio en el trato de Dios con la humanidad. En los capítulos anteriores Dios trataba con toda la humanidad en general. Con el pecado de la raza humana establecido, Dios inicia un proceso con un grupo especial para bendecir y redimir a toda la humanidad caída. Abraham se convierte en la figura central a través de la cual obrará Dios. Él promete una bendición a Abraham y a su posteridad que redundará en el advenimiento del Mesías, con bendición para los hebreos y para las naciones del mundo en el reino milenario.

PACTO ABRAHÁMICO[1]

Naturaleza del pacto

Dios determinó que llamaría a un pueblo especial a través del cual bendeciría a todas las naciones. El pacto abrahámico es de suprema importancia para entender apropiadamente el concepto del reino, y es fundamental en la teología del Antiguo Testamento. (1) El pacto abrahámico se describe en Génesis 12:1-3 y es un pacto incondicional. No hay condiciones adjuntas a él (no hay cláusulas que hagan su cumplimiento dependiente del hombre). (2) También es un pacto literal en el sentido de que sus promesas deben entenderse literalmente. La tierra que es prometida debe entenderse en su interpretación normal o literal, no es una figura del cielo. (3) Es un pacto eterno. Las promesas que Dios le hizo a Israel son eternas.

Características del pacto

Hay tres características principales del pacto abrahámico.

La promesa de la tierra (Gn. 12:1). Dios llamó a Abraham de Ur de los caldeos hasta una tierra que Él le daría (Gn. 12:1). Tal promesa se reitera en Génesis 13:14-18, donde se confirma con un pacto de calzado; su dimensión se da en Génesis 15:18-21 (con lo cual se excluye la noción de que se cumpla en el cielo). En Deuteronomio 30:1-10, el pacto palestino, también se expande el concepto de la tierra en el pacto abrahámico.

La promesa de la descendencia (Gn. 12:2). Dios le prometió a Abraham que haría de él una gran nación. A Abraham, con setenta y cinco años y sin hijos (Gn. 12:4), se le prometieron muchos descendientes. Esta promesa se amplía en Génesis 17:6, donde Dios prometió que naciones y reyes serían descendientes del anciano patriarca. Tal promesa (que se expande en el pacto davídico de 2 S. 7:12-16) resultaría a la larga en el reino del Mesías sobre el pueblo hebreo desde el trono de David.

La promesa de la bendición y la redención (Gn. 12:3). Dios prometió bendecir a Abraham y a las familias de la tierra por medio de él. La promesa se amplía en el nuevo pacto (Jer. 31:31-34; cp. He. 8:6-13), y tiene que ver con “la bendición espiritual y redención de Israel”.[2] Jeremías 31:34 anticipa el perdón del pecado.

La naturaleza incondicional y eterna del pacto se ve en el hecho de que es reafirmado a Isaac (Gn. 21:12; 26:3-4). Las promesas en primera persona y futuro sugieren el aspecto incondicional del pacto. El pacto incluso se le confirma a Jacob (Gn. 28:14-15). Cabe destacar que Dios reafirmó estas promesas en medio de los pecados de los patriarcas, cosa que enfatiza más la naturaleza incondicional del pacto abrahámico.

Cumplimiento del pacto

El método que Dios usa para cumplir el pacto abrahámico es literal en el sentido de que Dios cumplió parcialmente el pacto en la historia:[3] Dios bendijo a Abraham con la tierra que le dio (Gn. 13:14-17); Dios lo bendijo espiritualmente (Gn. 13:8, 18; 14:22, 23; 21:22); Dios le dio muchos descendientes (Gn. 22:17; 49:3-28).

No obstante, el elemento importante del pacto abrahámico demanda el cumplimiento futuro del reino del Mesías. (1) Israel como nación poseerá la tierra en el futuro. Varios pasajes del Antiguo Testamento anticipan la bendición futura de Israel y su posesión de la tierra tal como se le prometió a Abraham. Ezequiel ve un día futuro en el que a Israel se le restaurará la tierra (Ez. 20:33-37, 40-42; 36:1—37:28). (2) Israel como nación se convertirá y Dios la perdonará y restaurará (Ro. 11:25-27). (3) Israel se arrepentirá y recibirá el perdón de Dios en el futuro (Zac. 12:10-14). El pacto abrahámico tendrá su cumplimiento final en conexión con el retorno del Mesías para rescatar y bendecir a Israel, su pueblo. Dios prometió en Génesis 12:1-3 bendecir a las naciones de la tierra a través de Israel. Esa bendición final se entregará con el perdón de los pecados y el reino glorioso del Mesías en la tierra.

RESUMEN

La revelación progresiva de Dios se hace visible durante la era abrahámica. Dios actúa para resolver el dilema del pecado en el que ha entrado la raza humana. En lugar de tratar con toda la humanidad en general, como había hecho anteriormente, Dios comienza su obra con un individuo, Abraham, a través del cual llamaría a un pueblo especial. Dios bendecirá a las naciones de la tierra por medio de este pueblo. Los descendientes de Abraham serán los mediadores de la voluntad de Dios en la tierra, y es a través del pueblo de Israel que vendrá el Mesías y establecerá su reino. De este modo, Dios prometió bendición a través de los descendientes de Abraham, una bendición que posteriormente incluiría el perdón de los pecados (Jer. 31:34).


[1] Vea las siguientes explicaciones del pacto abrahámico: J. Dwight Pentecost, Things to Come [Eventos del porvenir] (Grand Rapids: Zondervan, 1958), pp. 65-94, publicado en español por Vida; Charles C. Ryrie, The Basis of Premillenial Faith [Las bases de la fe premilenial] (Neptune: Loizeaux, 1953), pp. 48-75, publicado en español por Portavoz; y John F. Walvoord, The Millenial Kingdom (Grand Rapids: Zondervan, 1959), pp. 139-158.

[2] Pentecost, Things to Come [Eventos del porvenir], p. 71.

[3] Ryrie, The Basis of Premillenial Faith [Las bases de la fe premilenial], pp. 50-52.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

IDIOMA DEL PENTATEUCO | Crítica del Pentateuco con Feliberto Vasquez

Teologia de la apertura de Dios I Teologia propia con Feliberto Vasquez Rodriguez