Introducción a la Teología Bíblica | Serie Teología Bíblica con Feliberto Vásquez Rodríguez
Definición del término Teología
Este término se puede
usar de diferentes maneras. Aunque el uso adoptado en este volumen se centra en
un método especial de estudio teológico, debe entenderse que el término se usa
ampliamente para referirse a un movimiento que es básicamente antagónico a la
fe evangélica. Tal uso negativo se considera y descarta aquí antes de
considerar el significado legítimo de la teología bíblica.
Entonces, primero de
todo, la expresión se utiliza para describir al movimiento de la teología
bíblica. Fue una consecuencia del liberalismo y la neo-ortodoxia. Comenzó en
1933 con la publicación del primer volumen de la teología del Antiguo
Testamento, escrito por Walther Eichrodt, y culminó en 1960 con la publicación
del segundo volumen de la teología del Antiguo Testamento, escrito por von Rad.[1] Brevard Childs sugiere que
el movimiento fracasó en mayo de 1963 con la publicación de Sincero para con
Dios, escrito por John A. T. Robinson.
Inicialmente, el
movimiento fue una reacción al liberalismo y buscó un retorno al estudio
exegético de las Escrituras, con un énfasis particular en el estudio de las
palabras bíblicas. El monumental Theological Dictionary of the New Testament
[Diccionario teológico del Nuevo Testamento] de Kittel, en 10 volúmenes, es
consecuencia de ello. No obstante, el movimiento jamás se separó de sus
apuntalamientos liberales; retuvo la metodología crítico-histórica. Por
ejemplo, al estudiar los Evangelios, los adeptos del movimiento de la teología
bíblica aplicaron la metodología crítico-histórica para intentar descubrir,
entre las palabras atribuidas a Cristo, cuáles fueron realmente pronunciadas
por Él.
Si bien el movimiento
reconocía el mensaje débil del liberalismo de los siglos XVIII y XIX, retenía
las presuposiciones liberales concernientes a la Biblia. Los adeptos sostenían
la perspectiva neo-ortodoxa de la revelación, enseñaban la evolución como
teoría de los orígenes y enfatizaban el aspecto humano de la Biblia en lugar
del divino. Como resultado, el movimiento era autodestructivo. Era imposible
hacer un estudio exegético serio de las Escrituras y, al mismo tiempo, negar su
autoridad.[2]
El segundo uso del
término teología bíblica se refiere a la metodología que, con orientación
histórica, toma su material del Antiguo y Nuevo Testamento para llegar a una
teología. Es exegética por naturaleza extrayendo su material de la Biblia, a
diferencia de la comprensión filosófica de la teología; enfatiza las
circunstancias históricas en las cuales se propusieron las doctrinas; examina
la teología dentro de un período dado de la historia (como las eras noéica o
abrahámica) o de un escritor individual (como los escritos paulinos o
juaninos). La teología bíblica en el sentido anteriormente definido podría
describirse como “la rama de la ciencia teológica que trata sistemáticamente el
progreso, históricamente condicionado, de la revelación de Dios tal como está
depositada en la Biblia”.[3]
En esta definición hay
varios elementos importantes que observar:[4]
Sistematización
La teología bíblica
investiga de manera sistemática los períodos de la historia en los cuales Dios
se ha revelado o los énfasis doctrinales de los diferentes escritores bíblicos
tal como fueron dispuestos. La teología bíblica, aunque se presenta de forma
sistematizada, es distinta de la teología sistemática dado que la segunda
asimila la verdad de toda la Biblia y de fuera de ella para sistematizar la
doctrina bíblica. La teología bíblica es más limitada. Se concentra en el
énfasis de un período dado de la historia en el Antiguo Testamento o la
enseñanza explícita de un escritor particular en el Nuevo Testamento.
Historia
La teología bíblica
presta atención a las circunstancias históricas importantes en que se dieron
las doctrinas bíblicas. ¿Qué se puede aprender de la era de la revelación del
Antiguo Testamento? ¿Cuáles fueron las circunstancias que rodearon los escritos
de Mateo o Juan? ¿Cuáles fueron las circunstancias de los destinatarios de la
carta a los Hebreos? Éstas son preguntas importantes que ayudan a resolver el
énfasis doctrinal de un período particular o de un escritor específico.
Progreso de la revelación
Una doctrina ortodoxa a
la que los evangélicos se han aferrado es la creencia en la revelación
progresiva; Dios no revela toda la verdad sobre Él en un instante, sino que se
revela poco a poco, dato tras dato, a diferentes personas a lo largo de toda la
historia (cp. He. 1:1). La teología bíblica traza ese progreso de la
revelación, notando la revelación que Dios ha dado de sí mismo en una era
particular o a través de un escritor concreto. Por lo tanto, lo que Dios mostró
de sí no era tan avanzado para Noé o Abraham como lo fue para Isaías. Un libro
temprano del Nuevo Testamento, como Santiago, refleja una visión más primitiva
de la iglesia que libros posteriores, como las epístolas pastorales.
Naturaleza bíblica
En contraste con la
teología sistemática, que extrae su información de Dios de cualquier fuente, la
teología bíblica tiene un enfoque más estrecho: extrae su información de la
Biblia (y de la información histórica que expande o aclara los eventos
históricos de la Biblia). De este modo, la teología bíblica es exegética por
naturaleza, examina las doctrinas en varios períodos de la historia o examina
las palabras y declaraciones de un escritor particular. Esto le permite al
estudiante determinar la revelación de Dios en un período dado de la historia.
Relación con otras disciplina[5]
Estudios exegéticos
La teología bíblica tiene
una relación directa con la exégesis (“explicar, interpretar”), hasta el punto
de que la teología bíblica es resultado de ella. En el fundamento de la
teología bíblica se halla la exégesis. Exige un análisis del texto bíblico
acorde con la metodología literal, gramatical e histórica. (1) El pasaje en
consideración debe estudiarse de acuerdo con el significado normal del
lenguaje. ¿Cómo se entiende normalmente la palabra o declaración? (2) El pasaje
debe estudiarse de acuerdo con las reglas de la gramática; para una comprensión
apropiada del pasaje, la exégesis demanda que se examinen los sustantivos,
verbos, preposiciones, etcétera. (3) El pasaje debe estudiarse en su contexto histórico.
¿Cuáles fueron las circunstancias políticas, sociales y, particularmente,
históricas que lo rodearon? La teología bíblica no termina con la exégesis,
pero debe empezar ahí. El teólogo ha de ser hermenéuticamente exacto al
analizar el texto para entender apropiadamente lo que escribieron Mateo, Pablo
o Juan.
Estudios introductorios
Aunque la teología
bíblica no tiene entre sus propósitos proporcionar una explicación detallada de
los asuntos introductorios, es esencial considerarlos un poco, puesto que a
veces las soluciones interpretativas están directamente relacionadas con ellos.
La introducción determina asuntos como la autoría, fecha, destinatarios,
ocasión y propósito del escrito. Por ejemplo, la datación de Hebreos es
significativa porque lo relaciona con el grado del sufrimiento de su audiencia.
La persecución se hizo intensa después del incendio de Roma en el 64 d.C. Aún
más crítico en Hebreos es el asunto de los destinatarios. Si se entiende que la
audiencia es de no creyentes, el libro será estudiado de una forma; si se
entiende que la audiencia es de hebreos cristianos, el libro se comprenderá de
un modo diferente. Por medio de otros ejemplos, las audiencias de Mateo, Marcos
y Lucas también determinan cómo se evalúan estos escritores. Por ejemplo, debe
entenderse el punto de vista teológico de Mateo como algo escrito para un
audiencia judía. El punto de vista teológico del escritor está claramente
relacionado con los asuntos introductorios.
Estudios de la teología sistemática
Hay tantas similitudes
como diferencias entre las teologías bíblica y sistemática. Las dos tienen su
raíz en el análisis de las Escrituras, aunque la teología sistemática también
busca la verdad en fuentes externas a la Biblia. Al analizar la relación de
estas dos teologías se pueden observar varias distinciones. (1) La teología
bíblica es preliminar a la teología sistemática; la exégesis lleva a la
teología bíblica, que a su vez lleva a la teología sistemática. (2) La teología
bíblica busca determinar qué dijeron los escritores bíblicos en lo concerniente
a algún asunto teológico, mientras que la teología sistemática también explica
por qué algo es verdad, añadiendo el punto de vista filosófico. (3) Si bien la
teología bíblica proporciona el punto de vista del escritor bíblico, la
teología sistemática hace una consideración doctrinal desde el punto de vista
contemporáneo. (4) La teología bíblica analiza el material de un escritor
particular o de un período de la historia, mientras que la teología sistemática
investiga todos los materiales, bíblicos y extrabíblicos, que se relacionan con
un asunto doctrinal particular.
Metodología
La teología bíblica del
Antiguo Testamento se entiende mejor cuando se examina el Antiguo Testamento
desde un centro o principio unificador. Han surgido muchas propuestas
concernientes al tema unificador del Antiguo Testamento. Walter Kaiser sugirió
la promesa como tema unificador; Elmer Martens sugiere el designio de Dios como
punto focal; mientras que Eugene Merrill propone el reino como el tema
subyacente al Antiguo Testamento. Cualquiera que sea el tema enfatizado, la
teología bíblica del Antiguo Testamento debe poder ver el desarrollo de dicho
tema en los diferentes períodos del Antiguo Testamento: la revelación
progresiva.
Puesto que los libros del
Nuevo Testamento probablemente se escribieron en menos de cincuenta años,[6] la teología bíblica del
Nuevo Testamento debe concentrarse en el punto de vista de los diferentes
autores neotestamentarios. Así, la teología bíblica del Nuevo Testamento se
estudia de acuerdo con la teología paulina, petrina, juanina, etcétera. Este
estudio evalúa qué doctrinas particulares enfatizan los escritores del Nuevo
Testamento y cómo las desarrollaron.
Muestra el desarrollo histórico de la doctrina
La teología bíblica es
importante porque impide el estudio de la doctrina aparte de su contexto
histórico. En el estudio de la teología sistemática es completamente posible
ignorar el contexto histórico de la verdad doctrinal; la teología bíblica sirve
para evitar ese problema al prestarle atención al entorno histórico en que se
dio la doctrina.
Muestra el énfasis del escritor
La teología bíblica
revela la enseñanza doctrinal de un escritor particular o de un período
completo. En ese sentido, la teología bíblica sistematiza las Escrituras
pertinentes a un escritor o período y determina su principal enseñanza o
enfoque doctrinal. Capacita al estudiante para determinar qué se enfatizó
durante la era abrahámica o qué subrayó el apóstol Juan, proporcionando una
perspectiva diferente a la que normalmente se alcanza a través del estudio de
la teología sistemática.
Muestra el elemento humano en la inspiración
Aunque es cierto que la
Biblia es verbalmente inspirada e inerrable, también lo es que los escritores de
la Biblia escribían cada uno de acuerdo a su estilo distintivo. La teología
bíblica enfatiza el factor humano al escribir la Biblia (pero sin excluir la
inspiración). De este modo, la teología bíblica está determinada a descubrir
qué enseñaron Juan o Pablo o qué se enfatizó durante cierto período de la
historia veterotestamentaria. La teología bíblica “señala los trasfondos
individuales, intereses y estilos de los autores. La teología bíblica enfatiza
el papel de los escritores en la composición de la Palabra de Dios, mientras se
basa, por supuesto, en la supervisión divina de los escritos”.[8]
[1] J. Goldingay, “The Study of Old Testament
Theology: Its Aims and Purpose”, Tyndale Bulletin, volumen 26 (1975), p. 34.
[2] Para una consideración, evaluación
y crítica conservadora véase G. F. Hasel, “Biblical Theology Movement”, en
Walter A. Elwell, ed., Evangelical Dictionary of Theology [Diccionario
teológico de la Biblia] (Grand Rapids: Baker, 1984), pp. 149-152, publicado en
español por Caribe; y Geoffrey W. Bromiley, “Teología bíblica”, en Everett F.
Harrison, ed., Diccionario de teología (Grand Rapids: Libros Desafío, 1999),
pp. 601-603. Para una evaluación no conservadora véase Brevard S. Childs,
Biblical Theology in Crisis (Filadelfia: Westminster, 1970) y James Barr,
“Trends and Prospects in Biblical Theology”, Journal of Theological Studies 25
(1974), pp. 265-282.
[3] Charles C. Ryrie, Biblical
Theology of the New Testament [Teología bíblica del Nuevo Testamento] (Chicago:
Moody, 1959), p. 12. Publicado en español por Portavoz. Véase también la útil y
breve explicación de Charles C. Ryrie, Basic Theology [Teología básica]
(Wheaton: Victor, 1986), p. 14. Publicado en español por Unilit.
[4] Ryrie, Biblical Theology of the
New Testament [Teología bíblica del Nuevo Testamento], pp. 12-14.
[5] Véase la explicación en Ryrie,
Biblical Theology of the New Testament [Teología bíblica del Nuevo Testamento],
pp. 14- 19; y Geerhardus Vos, Biblical Theology: Old and New Testaments (Grand
Rapids: Eerdmans, 1948), pp. 14-16.
[6]
Menos de treinta años, según
John A. T. Robinson, Redating the New Testament (Filadelfia: Westminster,
1976), p. 352.
[7]
Véase Ryrie, Biblical
Theology of the New Testament [Teología bíblica del Nuevo Testamento], pp.
20-24; y Vos, Biblical Theology, pp. 17-18.
[8]
Ryrie, Biblical Theology of
the New Testament [Teología bíblica del Nuevo Testamento], p. 23.
Comentarios
Publicar un comentario
Cada comentario que usted vaya a redactar en este blogs es necesario que sepa antes de, que lo valoramos por su tiempo, pero que así mismo le pedimos que sea lo más respetuoso posible. Podemos diferir sobre algunos puntos, pero eso no nos debe llevar a la falta de respeto el uno con el otro. ¡Muchas gracias!