Génesis 1 y el origen del universo

 


En el principio creó Dios los cielos y la tierra. (Génesis 1:1)

Con sencillez de palabras el autor del libro de Génesis comienza hablando sobre el origen del universo, una idea que era contraria a la teología pagana de aquel entonces que enseñaban que los astros eran dioses que influían en nuestro planeta. El relato del Génesis sobre la creación fue abriéndose camino entre tantas epopeyas de la creación que existían en el antiguo oriente próximo. Con el paso del tiempo se vió enfrentada con la filosofía aristotélica, la cual enseñaba que el universo era estático e inmutable.

Esta idea pasó a ser la idea predominante en el campo científico, por lo que ser científico y cristiano a la vez era motivo de burla y podía quitarte la licencia para pertenecer alguna academia, instituto de ciencia o enseñar ciencia en las universidades. Pero hoy en día la idea de que el universo es eterno y la Biblia en su afirmación de la creación era risible han ido perdido espacio en el mundo académico.

La Biblia en su doctrina de la creación se posiciona como la verdad que cada vez más se hace incuestionable mientras avanza el estudio de la cosmología.


·        Evidencia bíblica sobre el origen del universo

Los autores bíblicos nunca han tenido problemas en afirmar su idea de que el universo tuvo un origen y que ese origen proviene de Dios, por eso hace 3,467 años Moisés escribió en Génesis “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Él usó la palabra «bara» que significa hacer surgir algo de la nada, por lo que Dios no necesito material preexistente para crear el universo “porque en el principio” sólo Él existía.

Todo fue creado por la palabra de Dios: Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca (Salmos 33:6). Esta creación fue mediante el fíat divino: Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió (Salmos 33:9).

Los escritores bíblicos veían la creación como un testimonio que habla de Dios: Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. (Salmos 19:1)

Por lo tanto, podemos concluir que las Escrituras enseñan sin lugar a dudas de que el universo tuvo un principio y un Creador.

·        Evidencia científica del origen del universo

Ahora consideremos brevemente algunos de los descubrimientos que llevaron a la cosmología moderna a deducir que el universo tuvo un principio.

·        La expansión del universo[1]

Al tomar como base la teoría de la relatividad general de Einstein, el matemático ruso Alexander Friedman y el astrónomo belga George Lamaïtre fueron capaces de formular independientemente soluciones a las ecuaciones de campo que predijeron un universo en expansión[2]. Si el modelo de Friedman-Lamaïtre es correcto, entonces ya no se podría tratar adecuadamente el universo como una entidad estática que existe, en efecto de manera temporal. En cambio, el universo tiene una historia, y el tiempo no será un asunto de inferencia para nuestra investigación del cosmos.

Fue entonces en 1929 cuando las mediciones del astrónomo estadounidenses Edwin Hubble del corrimiento al rojo en el espectro óptico de la luz de galaxias distantes, tomadas para indicar un movimiento recesivo universal de las fuentes de luz en la línea de visión, proporcionaron una dramática verificación del modelo Friedman-Lamaïtre. Increíblemente, lo que Hubble había descubierto era la expansión isotrópica del universo predicha por Friedman y Lamaïtre sobre la base de la relatividad de Einstein. 

·        El modelo estándar del Big Bang

Según el modelo de Friedman-Lamaïtre, a medida que pasa el tiempo, las distancias que separan las masas galácticas se hacen mayores. A medida que el universo se expande, se vuelve cada vez menos denso. Esto implica que si invertimos el tiempo, el universo se vuelve progresivamente más denso hasta que llega a un estado de densidad infinita en algún momento del pasado finito. Este estado representa una singularidad en la que la curvatura espaciotemporal, junto con la temperatura, la presión y la densidad, se vuelve infinita.

De ahí surgió el concepto del Big Bang que fue un término burlón acuñado por Fred Hoyle para caracterizar el comienzo del universo predicho por el modelo Friedman-Lamaïtre, por lo tanto engañoso.

El modelo estándar del Big Bang describe un universo que no es eterno en el pasado, sino que nació hace un tiempo finito de 13,700 millones de años. Merece ser resaltado que el origen que postula el Big Bang es un origen absoluto ex nihilo.

·        La termodinámica del universo[3]

Según la segunda ley de la termodinámica, los procesos que tienen lugar en un sistema cerrado siempre tienden hacia un estado de equilibrio. Por ejemplo, si tuviéramos una botella que contiene un vacío sellado, e introdujéramos en ella algunas moléculas de gas, el gas se repartiría uniformemente por toda la botella. Sería prácticamente imposible que las moléculas se retiraran, por ejemplo, a una esquina de la botella y permanecieran allí.  

Mi interés en esta ley es lo que le sucede cuando se aplica al universo como un todo. El universo es, desde un punto de vista naturalista un gigantesco sistema cerrado, ya que es todo lo que hay y nada está fuera de el. Lo que eso parece implicar, entonces, es que, dado el tiempo suficiente, el universo y todos sus procesos se agotarán, y el universo entero llegará al equilibrio. Esto se conoce como la muerte térmica del universo. Una vez que el universo alcanza este estado, no es posible ningún otro cambio. El universo está muerto.

La pregunta que esta implicación de la segunda ley inevitablemente nos obliga es la siguiente: Si, dado el tiempo suficiente, el universo alcanzará la muerte térmica, entonces -por qué no está en un estado de muerte térmica ahora, si ha existido desde siempre, ¿desde la eternidad?  El universo no comenzó a existir, entonces ahora debería estar en un estado de equilibrio. Como un reloj que hace tictac, ya debería haberse agotado.

·        Conclusión

Hoy en día el teólogo puede afirmar más que nunca que la Biblia desde sus primeras páginas contiene información que no es contraria a los avances de la ciencia. Dios creó el universo a partir de la nada, y este comienzo del universo puede ser comprobado a través de los estudios de la cosmología.



[1] Toda la información expuesta aquí ha sido tomada de “Exnihilo, creación de la nada” – William Lane Craig y Paul Copan, pág. 225-228.

[2] A.Friedman, “Über die Krümmung des Raumes”, Zeitschrift für Physik 10 (1922): 377-86; y G. Lamaïtre, “Un univers homogéne de masse constante et rayon croissant, rendant compte de la vitesse radiale des nébuleuses extragalactiques” Annales de la Société Scientifique de Bruxelles 47 (1927): 49-59

[3] Exnihilo, creación de la nada” – William Lane Craig y Paul Copan, pág.246

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