Definición de pecado | Antropología con Feliberto Vásquez Rodríguez

 

DOCTRINA DEL PECADO

Definición del pecado

El pecado es una transgresión de la ley de Dios. La palabra griega parabasis quiere decir “sobrepasar, transgredir”.[1] Dios entregó la ley mosaica para que el hombre comprendiera mejor el criterio de Dios y la seriedad de transgredir ese criterio (Ro. 4:15). A partir de ahí, cuando Dios dijo “No dirás falso testimonio” las mentiras se ven como lo que son: un sobrepaso o transgresión de la ley de Dios (cp. Ro. 2:23; 5:14; Gá. 3:19).

El pecado es no lograr conformarse al nivel requerido por Dios. La palabra griega hamartia quiere decir “errar el blanco”, “toda salida del camino de la justicia”.[2] Luego, quiere decir que todas las personas han fallado el marco del nivel requerido por Dios y siguen quedándose cortas ante éste (Ro. 3:23). En ello participan tanto los pecados de acción como los de omisión. No hacer lo que es justo también es pecado (Ro. 14:23).

El pecado es un principio dentro del hombre. El pecado no es sólo un acto sino un principio dentro del hombre.[3] Pablo se refiere a la lucha con el pecado interno (Ro. 7:14, 17-25); todas las personas tienen esta naturaleza pecaminosa (Gá. 3:22). Ha sido descrito como “el poder que engaña a los hombre y los lleva a su destrucción” (cp. He. 3:13).[4] Jesús también se refiere al pecado como una “condición o cualidad característica” (Jn. 9:41; 15:24; 19:11).[5]

El pecado es rebelión contra Dios. Otra palabra griega para pecado es anomia, cuyo significado es “ausencia de ley” (1 Jn. 3:4) y puede describirse como un “marco mental”.[6] Denota obras caóticas (Tit. 2:14) y es una señal de los últimos días; su significado es “sin ley ni restricción” (Mt. 24:12).

El pecado implica actos ilícitos contra Dios y el hombre. Romanos 1:18 se refiere a la “impiedad e injusticia de los hombres”. “Impiedad” hace alusión al fracaso del hombre para obedecer la ley de Dios y cumplir los mandamientos relacionados con Él (Éx. 20:1-11); la injusticia se hace manifiesta en el fracaso del hombre para vivir justamente con sus congéneres (Éx. 20:12-17).



[1] William F. Arndt y F. Wilbur Gingrich, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, 2ª ed., F. Wilbur Gingrich y Frederick W. Danker, eds. (Chicago: Univ. of Chicago, 1979), p. 611.

[2] William F. Arndt y F. Wilbur Gingrich, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, 2ª ed., F. Wilbur Gingrich y Frederick W. Danker, eds. (Chicago: Univ. of Chicago, 1979), p. 43

[3] William F. Arndt y F. Wilbur Gingrich, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, 2ª ed., F. Wilbur Gingrich y Frederick W. Danker, eds. (Chicago: Univ. of Chicago, 1979), p. 43

[4] William F. Arndt y F. Wilbur Gingrich, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, 2ª ed., F. Wilbur Gingrich y Frederick W. Danker, eds. (Chicago: Univ. of Chicago, 1979), p. 43

[5] William F. Arndt y F. Wilbur Gingrich, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, 2ª ed., F. Wilbur Gingrich y Frederick W. Danker, eds. (Chicago: Univ. of Chicago, 1979), p. 43

[6] William F. Arndt y F. Wilbur Gingrich, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature, 2ª ed., F. Wilbur Gingrich y Frederick W. Danker, eds. (Chicago: Univ. of Chicago, 1979), p. 43


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