Hechos 2:16-20 ¿Se cumplió totalmente el día de pentecostés?
- Hechos 2:16-20
Este es otro de los pasajes que la teología del pacto utiliza a menudo en contra del dispensacionalismo para apoyar su hermenéutica y decir que las bendiciones que eran para Israel tienen un cumplimiento espiritualizado en la Iglesia. Según un amilenialista:“Conociendo el campo dispensacional desde adentro, no desde afuera, este texto que vamos a citar ahora (Hechos 2:16-20) es uno de los dolores de cabeza del dispensacionalismo” (Sermón: La aplicación presente de las profecías del A.T, Sugel Michelen, minuto 21:37-47).
No se puede negar que el pasaje en cuestión tiene algunas dificultades, pero el contexto de la profecía de Joel no ayudará un poco a saber de que trata y como fue profetizada en primera instancia. Joel está profetizando el juicio que viene sobre Israel por su incredulidad. Dios enviará una devastación con langostas y sequías (1:1-2:11), luego del anuncio del juicio el Señor llama a través de Joel al pueblo arrepentirse y presentar ayuno como muestra de su arrepentimiento (2:12-27), este arrepentimiento traería consigo una salvación con el derramamiento del Espíritu Santo (2:28-32), que culminaría con una restauración nacional del pueblo de Israel , y un juicio sobre todos sus enemigos (3:1-21).
Estos elementos que predice Joel no tuvieron un cumplimiento exhaustivo el día de Pentecostés, sino parcial, por lo que esta profecía es un claro ejemplo de profecías de doble cumplimiento. Las profecías de doble cumplimiento son aquellas que tienen un cumplimiento parcial en primera instancia y otro culminante. Esto se ve muy a menudo en el lapso entre las dos venidas de Jesús, en Isaías 61:1-2 tenemos un ejemplo, la profecía tuvo un primer cumplimiento en su primera venida en Lucas 4:18-19, note que cuando Jesús lee este texto se detiene antes de “el día de la venganza del Dios nuestro” porque en su primera venida no vendría en juicio sino en salvación (Lucas 19:10, Mateo 18:11). El juicio quedó pospuesto hasta su segunda venida (Apocalipsis 19:11-21).
Otro ejemplo es Isaías 7:14 donde Dios le da una señal a Acaz con el nacimiento de Emanuel a través de una virgen (o doncella), pero que también tuvo un cumplimiento más lejano al del profetizado en su tiempo que vino a ser Jesús (Mateo 1:23).
Además de eso, hay algunos de los detalles dados por Pedro que no se vieron en el momento del derramamiento del Espíritu en pentecostes, como son: La señales en los cielos, las de la tierra, la sangre, fuego y vapor de humo, el Sol convertido en tinieblas, la Luna en sangre, lo cual tendrá su cumplimiento en su segunda venida (Mateo 24:29-30).
Como dijo Macarthur en su comentario: El total cumplimiento de la profecía de Joel aguarda la llegada del reino milenial. En el día de Pentecostés, y en realidad en toda la era de la Iglesia, Dios ha dado tanto un avance como una muestra del poder que el Espíritu liberará en el reino. Los creyentes en la época actual tienen un anticipo de la vida en el reino (Comentario Macarthur del N.T, pág. 57).
Para terminar es necesario citar a William Macdonald el cual tiene una excelente exposición sobre este pasaje:
La verdadera explicación era que el Espíritu de Dios había sido derramado, como había sido dicho por medio del profeta Joel (Joel 2:28. ss).
En realidad, los acontecimientos de Pentecostés no fueron un cumplimiento completo de la profecía de Joel. La mayoría de los fenómenos descritos en los versículos Hechos 2:17-20 no tuvieron lugar en aquel tiempo. Lo que sí sucedió en Pentecostés fue un paladeo de lo que sucedería en los últimos días, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto. Si Pentecostés fue el cumplimiento de la profecía de Joel, ¿cómo se da más adelante una promesa (Hechos 3:19) de que si había arrepentimiento nacional e Israel recibía a Aquel a quien habían crucificado, Él volvería e introduciría el día del Señor?
La cita de Joel es un ejemplo de la Ley de la Doble Referencia, por la que una profecía bíblica tiene un cumplimiento parcial en un tiempo, y un cumplimiento completo en un tiempo posterior.
El Espíritu de Dios fue derramado en Pentecostés, pero no literalmente sobre toda carne. El cumplimiento final de la profecía tendrá lugar al final de la Época de la Tribulación. Antes del glorioso regreso de Cristo habrá prodigios en el cielo y señales en la tierra (Mateo 24:29-30). El Señor Jesucristo aparecerá entonces en la tierra para abatir a Sus enemigos y establecer Su reino. Al comienzo de Su reino de mil años, el Espíritu de Dios será derramado sobre toda carne, sobre gentiles y judíos, y esta condición prevalecerá y predominará durante el Milenio. Se darán diversas manifestaciones del Espíritu sin distinción de sexo, edad ni posición social. Habrá visiones y sueños, lo que sugiere la recepción de conocimiento, y profecía, lo que sugiere su comunicación a otros. De esa manera, se manifestarán los dones de revelación y de comunicación. Todo esto ocurrirá en lo que Joel describió como los últimos días (v. Hechos 2:17). Esto, naturalmente, se refiere a los últimos días de Israel, y no de la iglesia (Comentario bíblico de William Macdonald Obra completa, pág. 1663).
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