La paz de Dios en las dificultades

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En el tiempo que nos ha tocado vivir la vida se hace cada día más y más difícil, los problemas aumentan, la situación económica y el desempleo parecen no tener arreglos. El cúmulo de dichos factores afligen al creyente y lo llevan a un punto de desesperación al no poder encontrar humanamente la salida a su problema. Pero escucha la Biblia, el apóstol Pablo exhorta:

 

"Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" (Filipenses 4:6-7).

Estas palabras no salieron de la boca de un hombre que estaba desde la comodidad de un palacio, de un rico o de alguien económicamente estable. Sino de un hombre que por la predicación del evangelio estaba preso en Roma, solo y sin sustento para comer hasta la llegada de Epafrodito. Pero Pablo actuó como actuaría cualquier creyente maduro espiritualmente. 

Todo creyente debe reaccionar antes las pruebas con oración de gratitud porque dicha oración  es el antídoto contra la preocupación y el remedio para el afán. Los tres sinónimos empleados aquí: "peticiones, oración y ruego" se refieren a peticiones directa a Dios. El texto da por sentado que los creyentes clamaran a Dios en frente de una necesidad o problema, no dudando ni cuestionando menos culpando a Dios sino con oración de gracias. Como el apóstol Pablo también exhortó a los Colosenses: 

"Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias" (Colosenses 4:2)

En lugar que abrigar un espíritu de rebelión contra lo que Dios permite, debes confiadamente estar "echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros" (1 Pedro 5:7). 

El resultado de llevar eso a cabo es que la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará tu corazón y tus pensamientos en Cristo Jesús. Al hacer eso el problema no se irá en seguida pero si vendrá la paz de Dios y tomará tu corazón para darle la tranquilidad que necesitas para esperar que Dios termine con tu problema. Recuerda: 

"No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar" (1 Corintios 10:13). 

Que en el día de hoy puedas orar de otra forma, dando gracias y llevando tus problemas a él, porque el tiene cuidado de tí.

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