Alcance de la expiación | Soteriologia con Feliberto Vásquez Rodríguez

 


Alcance de la expiación

El debate sobre el alcance de la expiación viene de lejos: ¿Por quién murió Cristo? Algunos sugieren que Cristo murió sólo por los elegidos, mientras otros enfatizan que su muerte fue universal: murió por todos aunque no todos se salvarán.

Expiación limitada

En lugar de “expiación limitada”, se prefiere la expresión “redención particular” o “definida”, lo cual sugiere que la expiación de Cristo está limitada a una cantidad particular o definida de personas. La defensa de la redención particular sigue las siguientes líneas.

En varios pasajes se enfatiza que Cristo murió por un grupo particular de personas y no por todos. Como Buen Pastor, Cristo dio su vida por sus ovejas (Jn. 10:15); pero no todas las personas forman parte de este rebaño. Cristo dio su vida por la Iglesia (Hch. 20:28; Ef. 5:25), murió por los elegidos (Ro. 8:32-33). Por lo tanto, los objetos del amor de Dios son particulares; no ama a todos con el mismo amor (cp. Ro. 1:7; 8:29; 9:13; Col. 3:12; 1 Ts. 1:4; 2 Ts. 2:13). “Puesto que los objetos del amor del Padre son particulares, definidos y limitados, los objetos de la muerte de Cristo también lo son”.[1] Tal verdad se refleja también en versículos como 1 Juan 4:10 y Romanos 5:8 y 8:32.

Si en realidad Cristo expió el pecado, los objetos de esa expiación han de ser un grupo particular. De otra forma, el efecto de la expiación se debilitaría, porque no son salvos todos aquellos por quienes Cristo hizo expiación.

Otros argumentos propuestos a favor de la expiación limitada incluyen los siguientes. Si Dios es soberano (Ef. 1:11), su plan no se puede frustrar; pero si Cristo murió por todas las personas y no todas se salvan, entonces el plan de Dios se frustra. Si Dios murió por todas las personas, todas son redimidas y justificadas. Lógicamente, esa forma de pensar conduce al universalismo (todos se salvarán). Los pasajes donde se declara que Cristo murió por el mundo quieren decir que murió por “las personas de toda tribu y nación, no sólo por los judíos”.[2] De igual modo, cuando se usa la palabra “todos” (2 Co. 5:15), significa toda clase de personas pero no todas las personas.

Expiación ilimitada

Como los evangélicos entienden la expiación ilimitada, significa que Cristo murió por todas las personas, pero su muerte solo es efectiva para quienes creen en el evangelio. Los argumentos a favor son los siguientes:

(1) Si se toman las declaraciones del Nuevo Testamento al pie de la letra, evidentemente enseñan que Cristo murió por todos.

(2) La expiación limitada no tiene su fundamento en la exégesis de los textos de las Escrituras, sino más bien en la premisa lógica de que si Cristo murió por todos y no todos se salvan, el plan de Dios se frustra.

(3) El mundo, como Juan lo describe, “odia a Dios, rechaza a Cristo y está bajo el dominio de Satanás. Aun así, este es el mundo por el cual murió Cristo”[3] (cp. Jn. 1:29; 3:16-17; 4:42; 1 Jn. 4:14). Tales pasajes enfatizan una expiación universal.

(4) La expresión todo aquel, o una expresión equivalente, se usa más de ciento diez veces en el Nuevo Testamento y su significado nunca está restringido[4] (cp. Jn. 3:16; Hch. 2:21; 10:43; Ro. 10:13; Ap. 22:17).

(5) La palabra todos, o un término equivalente, se usa para denotar a todo el mundo. Cristo murió por los impíos, todos son impíos (Ro. 5:6); Cristo murió por todos, por todo el mundo (2 Co. 5:14 15; 1 Ti. 2:6; 4:10; Tit. 2:11; He. 2:9; 2 P. 3:9).

(6) Segunda Pedro 2:1 indica que Cristo murió por los falsos maestros que niegan “al Señor que los rescató”. El contexto indica que son herejes destinados a la destrucción, pero, aun así, de ellos se dice que “el Señor…los rescató”. Tal cosa está en contra de la perspectiva de la expiación limitada.

(7) “La Biblia enseña que Cristo murió por los ‘pecadores’ (1 Ti. 1:15; Ro. 5:6-8). La palabra ‘pecadores’ no significa en ninguna parte ‘la iglesia’ o ‘los elegidos’, simplemente toda la humanidad perdida”.[5]



[1] Edwin H. Palmer, The Five Points of Calvinism (Grand Rapids: Guardian, 1972), p. 44.

[2] Ibíd., p. 45.

[3] Elwell, “Atonement, Extent of”, en Evangelical Dictionary of Theology [Diccionario teológico de la Biblia], p. 99.

[4] Lewis Sperry Chafer, Systematic Theology [Teología sistemática], 8 vols. (Dallas: Dallas Seminary, 1947), p. 3:204. Publicado en español por Clie.

[5] Elwell, Evangelical Dictionary of Theology [Diccionario teológico de la Biblia], p. 99.


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