Problemas científicos de la evolución -02- El registro fósil
Principales problemas científicos con la evolución: El registro fósil
Uno de los ejemplos mayormente utilizados por los teóricos evolutivos para avalar la teoría de la evolución es el registro fósil. Si las especies han ido cambiando lenta y progresivamente, entonces es común ver dichos cambios morfológicos bajo las capas de roca de la tierra. A este cambio lento y gradual que debe evidenciar el registro fósil se le llama “gradualismo evolutivo”. Esta idea de Darwin se mantiene vigente en los Darwinistas más prominentes como Richard Dawkins, que en su libro, El espectáculo más grande sobre la tierra, dice: “La evolución no solo es un proceso gradual como cuestión de hecho; tiene que ser gradual si se quiere hacer algún trabajo explicativo". Con esto evidenciamos que el gradualismo no es un asunto periférico del darwinismo, sino que es el centro mismo de su teoría para explicar la complejidad y diversidad de la vida. Su éxito como explicación naturalista depende de que sea cierto, de no serlo, se estaría en problemas.1
Darwin escribió esto sobre el registro fósil en Sobre el origen de las especies:
Por la teoría de la selección natural todas las especies vivas han sido conectadas con las especies parentales de cada género, por diferencias no mayores de las que vemos entre las variedades de la misma especie en la actualidad; y estas especies parentales, ahora generalmente extintas, a su vez han estado conectadas de manera similar con especies más antiguas; y así sucesivamente hacia atrás, siempre convergiendo al ancestro común de cada gran clase. De modo que el número de vínculos intermedios y de transición, entre todas las especies vivas y extintas, debe haber sido inconcebiblemente grande.2
Un problema serio para la teoría: No todos los teóricos evolutivos lo creen
Pero el número "inconcebiblemente grande" de vínculos de transición postulados por Darwin nunca se ha encontrado. Actualmente se conocen más de 300.000 especies distintas en estado fósil, sin embargo, las formas de transición que requiere el darwinismo no se han encontrado. Las principales clases de plantas y animales fósiles aparecen de golpe y ya perfectamente formados. No hay estadios intermedios ni se observan cambios evolutivos graduales en el mundo de los fósiles. Se han descubierto, por ejemplo, muchas clases de protistas fosilizados (organismos unicelulares o pluricelulares muy sencillos sin tejidos diferenciados) desde el precámbrico inferior, muchos otros invertebrados desde el precámbrico superior, aves en el precámbrico superior, etc. y así hasta llegar al propio ser humano; pero a pesar de tal abundancia de fósiles, apenas hay algunos que puedan considerarse como auténticos fósiles de transición. Si la hipótesis del gradualismo darwinista fuera cierta, debería haber miles y miles de estas formas intermedias. Pero, lo cierto es que no existen tales fósiles a medio camino entre los grupos bien establecidos.3
Al constatar dicha realidad, Stephen Jay Gould y Niles Eldredge, propusieron su modelo del «equilibrio puntuado» para adaptar el darwinismo a los problemas del registro fósil. Según ellos, las especies podrían sufrir «cambios episódicos momentáneos», pero a un ritmo «suave y gradual». En vez de una línea recta progresivamente ascendente, la evolución tendría que parecerse más bien a un trazo quebrado como el de una escalera. Alguien compararía después este nuevo proceso transformista con la vida de un soldado: largos períodos de aburrimiento separados por breves instantes de terror. Pues bien, aunque todo esto pueda sonar a querer «nadar y guardar la ropa», lo cierto es que el evolucionismo asume hoy que los cambios en los organismos pueden deberse unas veces al gradualismo de Darwin y otras, las más, al equilibrio puntuado de Gould y Eldredge. La realidad es que los insignificantes ejemplos fósiles que aporta la paleontología son del todo insuficientes para fundamentar sobre ellos una teoría con tantas pretensiones como el darwinismo. Y lo mismo ocurre con los hipotéticos saltos del equilibrio puntuado. No hay forma de comprobar cómo se originaron esas milagrosas mutaciones. Hoy por hoy, nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que mueve realmente la evolución.4
Hace décadas, el paleontólogo Gareth Nelson escribió: "La idea de que uno puede ir al registro fósil y esperar recuperar empíricamente una secuencia de descendientes de ancestros, ya sea de especies, géneros, familias o lo que sea, ha sido, y sigue siendo, una ilusión perniciosa".5 En 1999, el biólogo evolutivo Henry Gee escribió que "es efectivamente imposible vincular los fósiles en cadenas de causa y efecto de ninguna manera válida". Concluyó: "Tomar una línea de fósiles y afirmar que representan un linaje no es una hipótesis científica que pueda probarse, sino una afirmación que tiene la misma validez que una historia antes de acostarse: divertida, tal vez incluso instructiva, pero no científica".6
El propio Darwin (1859) era muy consciente de que el registro fósil parece no apoyar su predicción:
¿Por qué si las especies han descendido de otras especies por finas gradaciones, ¿no vemos en todas partes innumerables formas de transición?... ¿Por qué no los encontramos incrustados en innumerables cantidades en la corteza terrestre?... El número de variedades intermedias, que han existido anteriormente, [debe] ser realmente enorme, ... ¿Por qué entonces no todas las formaciones geológicas y todos los estratos están llenos de tales enlaces intermedios? La geología seguramente no revela ninguna cadena orgánica finamente graduada; y esta, quizás, es la objeción más obvia y grave que se puede instar contra mi teoría.7
La objeción más obvia que se le pueden hacer a estas citas de Darwin, Gould, Eldredge, Nelson, y Gee, es que son muy antiguas y que actualmente el registro fósil si evidencia el gradualismo, y está repleto de datos que lo respaldan, pero, esto no parece ser así, y eso lo evidenciamos con el recién ganador del Premio Nobel 2023, Svante Pääbo:
Como extraño a los paleontólogos, a menudo me sorprende bastante lo mucho que luchan los científicos en paleontología. Y estoy pensando en por qué es así. ¿Por qué tenemos peleas menos viciosas en biología molecular, por ejemplo? Supongo que la razón es que la paleontología es una ciencia bastante pobre en datos. Probablemente hay más paleontólogos que fósiles importantes en el mundo. Hacerse un nombre es encontrar una nueva interpretación para aquellos fósiles que existen. Esto siempre va en contra de la interpretación de alguna persona anterior, a quien no le gustará mucho.8
Entonces, vemos que esto no es una crítica antigua basada en el desconocimiento que se tenía sobre el registro fósil, ni tampoco partidarios del diseño inteligente por ser críticos de la evolución, sino un reconocimiento sobre la carencia que evidencia el registro fósil para explicar toda la diversidad de especies existente hoy.
Ahora pasemos a tratar uno de los grandes problemas del registro fósil: La explosión cámbrica.
Periodo cámbrico
Una de las características más prominentes del registro fósil es la explosión cámbrica, en la que los principales grupos de animales (llamados phyla) aparecieron alrededor del mismo tiempo geológico en un período llamado cámbrico, completamente formados y sin evidencia fósil de que divergieron de un ancestro común.
Para tener una ligera idea de la rapidez con que se produjo esta aparición, baste recordar que solo habría durado un 0.2% de la historia de la vida en la Tierra. Tres mil millones de años bajo el dominio de las bacterias invisibles y de repente, en solo diez millones de años (un pestañeo fugaz en el tiempo de la evolución), los océanos se llenan de moluscos, gusanos, medusas, crustáceos, estrellas, esponjas, cordados y otras clases de animales que ya no viven en la actualidad. ¿Por qué tanta prisa? …. Tal es el desconcertante enigma que hoy viene preocupando al evolucionismo.
Los fósiles del Cámbrico ponen de manifiesto que la pretendida transformación gradual y lenta, desde la célula al hombre, que proponía Darwin con su método de la selección natural, no puede explicar de ninguna manera el origen de los seres vivos. Los famosos árboles de la evolución que pretenden mostrar la descendencia de todos los organismos a partir de antepasados comunes y, en última instancia, de una primitiva y única especie, se han vuelto al revés para dar la razón a los últimos fósiles descubiertos.9
Orígenes humanos y el registro fósil
De hecho, comúnmente se le dice al público que hay fósiles que documentan la evolución de los humanos a partir de precursores simiescos, pero una mirada más cercana a la literatura técnica cuenta una historia diferente. Los fósiles de homínidos generalmente se dividen en uno de dos grupos: especies similares a los simios y especies similares a los humanos, con una gran brecha sin puente entre ellos. En 2004, el famoso biólogo evolutivo Ernst Mayr reconoció la aparición abrupta de los humanos:
Los primeros fósiles de Homo, Homo rudolfensis y Homo erectus, están separados de Australopithecus por una gran brecha sin puentes. ¿Cómo podemos explicar esta aparente saltación? Al no tener ningún fósil que pueda servir como eslabones perdidos, tenemos que recurrir al método tradicional de la ciencia histórica, la construcción de una narrativa histórica.10
A la luz de tal evidencia, un artículo en elJournal of Molecular Biology and Evolutionllamó a la aparición delHomo sapiens "una revolución genética" donde "ninguna especie australopitecina es obviamente transicional".11 La falta de evidencia fósil para esta transición hipotética es confirmada por los paleoantropólogos de Harvard Daniel E. Lieberman, David R. Pilbeam y Richard W. Wrangham:
De las diversas transiciones que ocurrieron durante la evolución humana, la transición de Australopithecus a Homo fue sin duda una de las más críticas en su magnitud y consecuencias. Al igual que con muchos eventos evolutivos clave, hay buenas y malas noticias. Primero, la mala noticia es que muchos detalles de esta transición son oscuros debido a la escasez de los registros fósiles y arqueológicos.12
En cuanto a las "buenas noticias", todavía admiten: "aunque carecemos de muchos detalles sobre exactamente cómo, cuándo y dónde ocurrió la transición de Australopithecus a Homo, tenemos suficientes datos de antes y después de la transición para hacer algunas inferencias sobre la naturaleza general de los cambios clave que ocurrieron".13 En otras palabras, el registro fósil proporciona australopitecinos similares a los simios ("antes") y Homo similares a los humanos ("después"), pero no fósiles que documentan una transición entre ellos. En ausencia de intermedios, nos quedamos con "inferencias" de una transición basada estrictamente en la suposición de la evolución darwiniana. Un comentarista propuso que la evidencia implica una "teoría del Big Bang" de la aparición de nuestro género Homo.14 Esto no constituye una explicación evolutiva convincente de los orígenes humanos.15
En lugar de mostrar una evolución darwiniana gradual, la historia de la vida muestra un patrón de explosiones donde surgen nuevas formas fósiles sin precursores evolutivos claros. El antropólogo evolutivo Jeffrey Schwartz resume el problema:
Todavía estamos en la oscuridad sobre el origen de la mayoría de los grupos principales de organismos. Aparecen en el registro fósil como lo hizo Atenea desde la cabeza de Zeus: en toda regla y con ganas de ir, en contradicción con la descripción de Darwin de la evolución como resultado de la acumulación gradual de innumerables variaciones infinitesimalmente diminutas.16
Esto plantea un gran desafío a la evolución darwiniana, incluida la opinión de que todos los animales están relacionados a través de ancestros comunes.
Notas
- Gunter Bechly, El registro fósil discontinuo refuta el gradualismo darwiniano, https://evolutionnews.org/2021/11/the-discontinuous-fossil-record-refutes-darwinian-gradualism/ (Revisado 8/9/2022)
- Charles Darwin, Origin of Species, 1st ed., 281-282, http://darwin-online.org.uk/content/frameset?pageseq=299&itemID=F373&viewtype=side (consultado el 23 de agosto de 2020).
- Adan y Eva frente a Darwin, pag. 52-53, Antonio Cruz, publicaciones Kerigma
- A Dios por el ADN ¿qué propone el diseño inteligente? Pag. 40, Antonio Cruz, editorial clie
- Gareth Nelson, "Presentation to the American Museum of Natural History" (1969), en David M. Williams y Malte C. Ebach, "The reform of palaeontology and the rise of biogeography", Journal of Biogeography 31 (2004), 685-712.
- Henry Gee, In Search of Deep Time: Beyond the Fossil Record to a New History of Life (Nueva York: The Free Press, 1999), págs. 113, 116-117.
- Darwin Charles 1859. Sobre el origen de las especies... John Murray, págs. 502
- MAPEO DEL GENOMA NEANDERTAL | Edge.org
- Darwin no mató a Dios, pag. 141, Antonio Cruz, Editorial vida.
- Ernst Mayr, What Makes Biology Unique?, p. 198 (Cambridge University Press, 2004).
- John Hawks, Keith Hunley, Sang-Hee Lee y Milford Wolpoff, "Population Bottlenecks and Pleistocene Human Evolution", Journal of Molecular Biology and Evolution, 17(1):2-22 (2000).
- Daniel E. Lieberman, David R. Pilbeam y Richard W. Wrangham, "The Transition fromAustralopithecustoHomo", Transitions in Prehistory: Essays in Honor of Ofer Bar-Yosef, p. 1 (John J. Shea y Daniel E. Lieberman eds., Oxbow Books, 2009) (citas internas eliminadas).
- Ibíd.
- "Un nuevo estudio sugiere la teoría del Big Bang de la evolución humana" (10 de enero de 2000) en http://www.umich.edu/~newsinfo/Releases/2000/Jan00/r011000b.html
- Para una discusión más detallada de la evidencia fósil y los orígenes humanos, véase Casey Luskin, "Human Origins and the Fossil Record", pp. 45-83 enScience and Human Origins (Discovery Institute Press, 2012).
- Jeffrewy Schwartz, Sudden Origins: Fossils, Genes, and the Emergence of Species, p. 3 (Wiley, 1999).
Comentarios
Publicar un comentario
Cada comentario que usted vaya a redactar en este blogs es necesario que sepa antes de, que lo valoramos por su tiempo, pero que así mismo le pedimos que sea lo más respetuoso posible. Podemos diferir sobre algunos puntos, pero eso no nos debe llevar a la falta de respeto el uno con el otro. ¡Muchas gracias!