El mundo ARN ¿El salvavidas de la evolución química de la vida?
El mundo del ARN
Con el fin de dar respuesta al dilema acerca de qué fue primero, si el ADN
o las proteínas –puesto que el ADN requiere de las proteínas para duplicarse
o comunicar su información, y estas necesitan de la información del ADN
para formarse–, los partidarios de la evolución química propusieron la teoría
del mundo del ARN. La vida no podía haberse originado a partir del ADN,
puesto que este es demasiado estable para copiarse a sí mismo. Sin embargo,
el descubrimiento de que el ácido ribonucleico posee también ciertas
propiedades catalíticas como algunas proteínas (es decir, que puede actuar
acelerando la velocidad de una determinada reacción química), les permitió
suponer que quizá, al principio, la vida pudo empezar con el ARN ya que este
es capaz de realizar dos tipos de funciones: el almacenamiento de la
información típico del ADN y la actividad enzimática o catalítica propia de
las actuales proteínas. Si esto hubiera sido así, se habría dado solución al
dilema anterior ya que el ARN original podría haberse duplicado sin
necesidad de las proteínas (cf. el apartado Problemas para el origen químico
de la vida).
En realidad, esta teoría del mundo del ARN presenta numerosas
dificultades. La primera tiene que ver con el origen de los monómeros del
ácido ribonucleico. ¿Cómo pudieron formarse por primera vez las moléculas
del azúcar ribosa, el ácido fosfórico y las bases nitrogenadas (adenina,
citosina, uracilo y guanina) que constituyen el ARN? Sintetizar dichas
moléculas, bajo las condiciones prebióticas reales que se le suponen a la
Tierra primitiva, resulta prácticamente imposible. El ambiente químico
necesario para que pudiera formarse la ribosa es absolutamente incompatible
con aquél que se requiere para originar las bases nitrogenadas.
La segunda dificultad importante es que, aunque el ARN presenta ciertas
propiedades catalíticas similares a las de las proteínas, como muestran las
ribozimas, lo cierto es que el número de las mismas resulta muy pobre
cuando se compara con las miles de funciones diferentes que desarrollan las
proteínas en el interior de la célula. Los partidarios del mundo de ARN no
explican cómo a partir de una molécula primitiva de ARN, capaz
supuestamente de replicarse a sí misma, hubieran podido surgir las
sofisticadas células actuales que requieren, casi exclusivamente, de las
proteínas para funcionar adecuadamente. Es decir, para ejecutar la
información genética del ADN y asimismo controlar el metabolismo celular.
Por otro lado, si se consiguiera alguna vez crear tal ARN replicante en el
laboratorio, lo que se demostraría en realidad es que se necesita un diseño
inteligente previo para lograrlo. Todos los intentos bioquímicos realizados en
sofisticados laboratorios especializados, con la finalidad de crear una
molécula de ARN que sea capaz de copiarse a sí misma, indican
precisamente esto. A saber, que el azar por sí solo no es suficiente. Se dice
también que cuando esto se consiga será como haber creado una entidad viva
en el laboratorio. Sin embargo, una molécula de ARN está muy lejos de
poderse equiparar a una célula viva, que es la mínima expresión de entidad
viva que puede considerarse. Algunos virus, por ejemplo, poseen ARN. Sin
embargo, esto no los cualifica para ser seres vivos.
La teoría del mundo del ARN se centra en resolver el problema de cómo el
primer ácido nucleico pudo duplicarse, pero no explica en absoluto de dónde
surgió la información que contienen tales moléculas, ni la especificidad que
las caracteriza. Sin embargo, para que el ARN realice funciones enzimáticas,
debe poseer –igual que las proteínas– estructuras primaria, secundaria y
terciaria. ¿Cómo han podido ordenarse los nucleótidos a sí mismos para
lograr tales estructuras moleculares tridimensionales que determinan su
funcionalidad? Es como pensar que un montón de ladrillos se ordenan solos
para construir una lujosa casa. Aquí no vale decir que la selección natural
pudo colocar cada ladrillo en su sitio porque esta solo puede actuar cuando la
autoduplicación ya existe. En resumen, la hipótesis del mundo del ARN es un
intento desesperado de salvar la teoría de la evolución química de la vida. Lo
intenta, sí, pero no lo consigue.
- Toda la información que expuse en el video como en su redacción fueron extraídas del libro A Dios por el ADN ¿Qué propone el diseño inteligente? - Antonio Cruz, pág. 127-129.
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