Los fraudes del darwinismo -02- El hombre de Nebraska

 

  • El hombre de Nebraska

Para este caso, la palabra fraude siento que sería muy fuerte, puesto que no se trató de un engaño, pero si es otro significativo ejemplo de imaginación desbocada, que demuestra hasta qué punto algunos paleontólogos son influidos por sus ideas evolucionistas preconcebidas en vez de atenerse a los hechos estrictos, es el conocido caso del llamado “hombre de Nebraska”. En el año 1922, en plena polémica ante los tribunales estadounidenses acerca de si enseñar o no la teoría darwinista en las escuelas y en la que el político antievolucionista del Partido Demócrata, William J. Bryan, estaba haciendo campaña contra dicha enseñanza, su oponente presentó un diente fósil hallado en el mismo estado de Nebraska como prueba fundamental de que los seres humanos evolucionaron a partir de los simios.       


El presidente del Museo de Historia Natural de los Estados Unidos, el paleontólogo Henry Fairfield Osborn, manifestó que esta pieza dentaria fosilizada había pertenecido al primer simio de América del Norte, pero no a uno cualquiera, sino precisamente a uno relacionado con los humanos. Según su opinión de experto, se trataba del “eslabón perdido” que faltaba, una criatura que cambiaría la historia del pasado humano en el continente americano, el “hombre mono del mundo occidental”. Osborn consideró que aquel diente, encontrado en depósitos del Plioceno de Nebraska, constituía un nuevo género y una nueva especie de homínido que denominó Hesperopithecus haroldcookii, que significa “simio de la tierra donde se pone el Sol” y que dedicó a su descubridor, el granjero y geólogo de Nebraska, Harold Cook, quien encontró el diente en 1917. Este trabajo se publicó en revistas científicas de la época y algunos especialistas lo criticaron.

 

Sin embargo, al otro lado del Atlántico, en Inglaterra, Sir Grafton Elliot Smith, un profesor de anatomía en Manchester, apoyó plenamente la opinión de Osborn y en la revista popular inglesa, Illustrated London News (24.06.1922, pp. 942-943), apareció un artículo con una reconstrucción gráfica de cómo se suponía que había sido esta nueva especie de homínido (fig. 2). El dibujo lo realizó Amedee Forestier, basándose en las ideas del propio Grafton Elliot Smith. Es significativo el hecho de que tal ilustración no se publicara en ninguna revista científica, lo cual podría evidenciar las dudas fundadas de algunos especialistas que, como ocurre a menudo en esta disciplina, discrepan de las conclusiones de sus colegas. Pero, a pesar de todo, la imaginación del artista lo representó con su pareja, empleando toscas herramientas, en un ambiente típico del Plioceno norteamericano, en el que figuraban también plantas y animales de la época. Esta imagen fue asumida como cierta por el gran público y el nuevo fósil paso a formar parte de la saga humana. Aunque la vida del Hesperopithecus fuese breve ya que duró solamente cinco años. 


En efecto, posteriores investigaciones demostraron que aquel diente no era humano sino que, en realidad, había pertenecido a una especie de cerdo, a una forma extinta de pecarí americano perteneciente al género Prosthennops muy parecida a los actuales pecarís. De manera que, hubo que corregir la nomenclatura sistemática y definir al género Hesperopithecus (del supuesto hombre de Nebraska) como una sinonimia errónea del pecarí extinto (Prosthennops). La excusa que se dio, con el fin de suavizar tan craso error, fue que los dientes de esta especie de cerdos salvajes son muy parecidos a los humanos. Pero, precisamente por dicha semejanza, ¿no debería la paleontología humana disponer de herramientas para distinguir adecuadamente la dentición humana de la de otros mamíferos como los cerdos? Sea como fuere, este importante debate en torno al hombre de Nebraska y su corrección posterior quedó recluido durante bastante tiempo al ámbito de las revistas científicas especializadas, pero apenas se le dio publicidad inmediata entre el gran público.  


  • Lecciones aprendidas del hombre de Nebraska 


Aunque Nebraska Man fue un "eslabón perdido" de corta duración, habla de una lección muy importante para los paleontólogos y arqueólogos que trabajan en el campo. Aunque una sola pieza de evidencia parece ser algo que podría caber en un agujero en el registro fósil, es necesario estudiarla y es necesario descubrir más de una pieza de evidencia antes de declarar la existencia de algo que en realidad no existe. Este es un principio básico de la ciencia en el que los descubrimientos de naturaleza científica deben ser verificados y probados por científicos externos para demostrar su veracidad. Sin este sistema de controles y equilibrios, aparecerán muchos engaños o errores que paralizarán los verdaderos descubrimientos científicos.


  • Referencia  

  • Osborn, H. F., 1922, "Hesperopithecus, the first Anthropoid Primate found in America," American Museum Novitates, No. 37 (reprinted, without figures, in Science, vol. 55, PP. 463–465, May 5, 1922); “Hesperopithecus, the Anthropoid Primate of Western Nebraska”, Nature, 110, 281-283 (26 August 1922).   
  • Woodward, A. S., 1922, “A Supposed Ancestral Man in North America”, Nature 109, 750 (10 June 1922).   
  • Gregory, W. K., “Hesperopithecus apparently not an Ape nor a Man”, Science  16 Dec 1927: Vol. 66, Issue 1720, pp. 579-581, DOI: 10.1126/science.66.1720.579   
  • http://fossilworks.org/?a=taxonInfo&taxon_no=42438 
  • Engaños de la evolución - Nebraska Man https://www.greelane.com/es/ciencia-tecnolog%C3%ADa-matem%C3%A1ticas/animales-y-naturaleza/nebraska-man-1224737 

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