Darwin, Miller, y el origen de la vida


Introducción

 El origen de la vida ha sido un tema de muchos estudios a través de la historia del ser humano, predominantemente se creía que la vida había sido puesta en la tierra por un Ser inteligente que regía el universo, hasta que en 1859 un naturalista Ingles llamado Charles Darwin publica un libro titulado “Sobre el origen de las especies” donde describe un proceso llamado “selección natural” que muestra cómo pudieron surgir todas las criaturas que vemos hoy en día a través de pequeños cambios ciegos y sucesivos sin la necesidad de tener un Dios. Esta afirmación trajo muchas controversias y críticas, aunque con el paso del tiempo se volvió la idea predominante en el campo científico. Muchos científicos darwinistas dicen que la evolución darwiniana dejó a Dios sin empleo, o como aparece en la revista Time de 1999:

Charles Darwin no quería asesinar a Dios, como lo expreso una vez. Sin embargo, lo hizo. Revista Timé «Iconoclast of the Century, Charles Darwin» [Iconoclasta del siglo, Charles Darwin], 1809-1882, Time, 31 de diciembre de 1999.

Se cree que el darwinismo explica el origen de la vida, aunque realmente no es así. En su libro sobre el origen de las especies Darwin ni siquiera trato el tema de como la vida pudo haberse originado a partir de la materia no viviente, la única pista que tenemos de su opinión sobre este tema está en una carta enviada a Joseph Huker donde habla sobre cómo pudo haberse originado la vida en la tierra, que dice: 

"Por lo que respecta a la primera producción de un organismo viviente sí y oh que gran sí, pudiéramos imaginarnos en algún pequeño y cálido estanque con toda clase de sales amoniacales y fosfóricas: luz, calor y electricidad presente, que se formase químicamente un compuesto proteínico listo para sufrir cambios aún más complejos hoy esta materia sería devorada al instante, pero puede que esto no fuese así antes de que se formase criaturas vivientes." - Charles Darwin

En los últimos años de su vida Darwin hizo poco en desarrollar su idea de que hubiera surgido una célula primitiva de compuestos químicos simples en las aguas primordiales de la tierra primitiva. Fue más adelante en el siglo pasado donde empezaron a surgir ideas más sistematizadas sobre las opiniones de Darwin, y aquí trataremos con una de las más famosas.

·        El experimento de Miller

Sobre la base de esa declaración de Darwin, Stanley Miller (un estudiante graduado de la universidad de Chicago) en 1953 lleva a cabo un experimento que mostraba que varios componentes orgánicos se podían formar de forma espontánea si se simulaban las condiciones (basada en la teoría sobre la atmosfera primitiva de Harold Urey, que fue usada por Miller) de la atmósfera temprana de la Tierra.

Diseñó un tubo que contenía la mayoría de los gases, similares a los existentes en la atmósfera temprana de la Tierra, y una piscina de agua que imitaba al océano temprano. Los electrodos descargaron una corriente eléctrica dentro de la cámara llena de gas, simulando a un rayo. Dejaron que el experimento se sucediera durante una semana entera, y luego analizaron los contenidos en la piscina líquida. Se dieron cuenta de que varios aminoácidos orgánicos se habían formado de manera espontánea a partir de estos materiales inorgánicos simples. Estas moléculas se unieron en la piscina de agua y formaron coacervados.

Este experimento, junto a una considerable “evidencia” geológica, biológica y química, ayuda a sustentar la teoría de que la primera forma de vida se formó de manera espontánea mediante reacciones químicas.

·        Refutando el experimento de Miller

Nadie sabe con seguridad cómo era la atmósfera al principio, pero el consenso es que la atmósfera no era nada parecida a la que utilizó Miller. El eligió una mezcla de metano, amoniaco, y vapor de agua rico en hidrógeno, lo cual era consistente con lo que muchos científicos pensaban en ese entonces. Pero ya los científicos no lo creen así hoy en día.

Hoy en día no existe evidencia de una atmósfera primitiva de metano-antimonio en la tierra, pero sí muchas en contra. Para la mitad de los años de la década de 1970 el biofísico Marcel Florkin declaró que el concepto detrás de la teoría de Miller de la atmósfera primitiva ha sido abandonado. Dos líderes investigadores del origen de la vida, Klaus Dose y Sydney Fox, confirmaron que Miller había usado mezcla de gas equivocado y la revista Science dijo en 1995 que los expertos ahora desmienten el experimento de Miller "porque la atmósfera primitiva no se parecía en nada a la simulación de Miller-Urey".[1]

El pensamiento científico con respecto al contenido de gas de la tierra primitiva es que había muy poco hidrógeno en la atmósfera porque se habría escapado al espacio. En lugar de eso la atmósfera probablemente consistió de dióxido de carbono, nitrógeno y vapor de agua. La queja es que los libros de textos todavía presentan el experimento de Miller cómo si reflejara el medio ambiente de la tierra primitiva, cuando la mayoría de los geoquímicos desde los años sesenta están diciendo que era totalmente diferente a la de Miller.

Si hoy en día se volviese hacer el experimento utilizando la atmósfera exacta, con mucha seguridad no obtendríamos aminoácidos. Aunque en algunos libros se afirma que incluso si se utiliza una atmósfera realista todavía obtienen moléculas orgánicas como si eso resolviera el problema. Afirman que las moléculas orgánicas pueden ser precursoras de la vida, pero en realidad son formaldehído, cianuro. Esas moléculas orgánicas no se pueden tener en una botella tapada en cualquier laboratorio porque son de un material bastante tóxicas, y al abrir la botella destruyes las proteínas en todo el lugar tan solo por el humo y mata los embriones. Así que es poco probable que ellas sean el primer paso hacia el origen de la vida. 

El avance de la ciencia ha dejado de forma clara al experimento de Miller en el polvo. Aún si fuese posible que un científico produjera aminoácidos en una atmósfera primitiva ideal o los aminoácidos llegaran a través de cometas (como han sugerido algunos científicos), están muy lejos de producir una célula viva. Sólo sería el primer paso en un proceso extremadamente complicado, porque tendría que obtener el número correcto de los tipos adecuados de aminoácidos para ligarlos y así poder tener una proteína y aún eso estaría lejos de una primera célula viva. Los contras de esta posibilidad son bastante asombrosos, ya que la brecha entre los químicos no vivos y los organismos primitivos es absolutamente tremenda.

Si en un tubo de ensayo con una solución balanceada pusieses una célula viva y la perforas para que todo su contenido se filtre en el tubo con la solución, con eso tendrías más de lo que el experimento de Miller puede llegar hacer y también tienes todos los componentes necesarios para que haya vida, pero ni aún con todo eso puedes hacer una célula viva. No se puede convertir en una célula viva esas moléculas en un tubo de ensayo, sería ilógico.

Esto se debe a que la célula está muerta y eso no permite que los ingredientes se formen de la forma correcta nuevamente. A día de hoy parece improbable que los componentes de una célula viva se puedan reunir de la forma correcta, en el tiempo correcto y lugar correcto, y al mismo tiempo mantener fuera el material inapropiado.

Si somos honestos debemos reconocer que esa idea de que podemos explicar el origen de la vida desde la perspectiva naturalista es ilógica. Esta teoría no puede explicar por sí misma como pudo haberse logrado naturalmente la vida sin ninguna dirección o guía.

  •     Conclusión

El debate sobre el origen de la vida continuará existiendo, pero si somos honestos la argumentación en favor del diseño inteligente tiene más peso que un proceso sin dirección que guio materia inanimada que luego cobró vida y comenzó a mezclar sus componentes hasta crear una célula vida que se autoreprodujo en las aguas de la tierra primitiva.

·        Fuentes para el estudio

1.      El caso del Creador – Lee Strobel 2005 editorial vida, Miami, Florida.

2.      La clave del misterio de la vida – Diseño inteligente (documental)


[1] John Cohen, «Novel Center Seeks to Add Spark to Origins of Life» [El centro novel busca añadir chispa al origen de la vida], Science 270 (1995), pp. 1925-26.


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