El arrebatamiento de la Iglesia



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Contenido

1- Introducción

2- El arrebatamiento: la esperanza de la Iglesia

3- Respondiendo objeciones y tiempo del arrebatamiento

  • Diferencias entre el arrebatamiento y segunda venida

  • El arrebatamiento es antes de la gran tribulación

  • Entendiendo 2 Tesalonicenses 1:5-10

  • Entendiendo 2 Tesalonicenses 2:1-4

4- Fuentes de estudio

Introducción

El arrebatamiento, traslado o Rapto de la Iglesia es una doctrina que causa muchas controversias. Muchos teólogos reformados y seguidores de ellos, se han rehusado tajantemente a aceptarla como una verdad bíblica sólo porque es una doctrina que ellos acusan de "novedosa", que no estaba en los primeros años de la Iglesia, no estuvo en la doctrina de los reformadores, y que fue un invento de John Nelson Darby que luego se popularizó con la Biblia de estudio Scofield y hasta cierto punto tienen razón.

Pero el hecho de que una doctrina sea reciente no es motivo para rechazarla, ya que las doctrinas y los dogmas se han ido estableciendo progresivamente a través de toda la historia de la Iglesia. La Iglesia a través de los siglos se a enfocado en tratar con problemas específicos.

Ejemplo: en el siglo II fue la apologética, el siguiente se trató la Trinidad, la persona de Dios para poder hacer frente a los arrianos, y otros herejes. Eso fue hasta el siglo cuarto. El siguiente trató la antropología (el estudio del hombre) ya que la doctrina de Pelagio ponía al hombre en el centro y no a Dios. El quinto siglo hasta casi el final del séptimo trató la Cristología (el estudio de Cristo) para hacer frente a todas las herejías sobre su persona. Y la reforma trató la doctrina de la justificación por la fe para hacer frente al catolicismo. Entonces puesto que ya estamos en los tiempos finales es coherente que en este último tiempo haya un despertar y un profundo énfasis en el estudio de la escatología, la cual trata de la doctrina de los tiempos finales.

En razón de eso no debe haber prejuicios con doctrinas que no lleven los dos mil años de historia que tiene la Iglesia, puesto que toda doctrina debe pasar por el escrutinio bíblico para verificar su veracidad o su falsedad. En este estudio expondremos la postura bíblica a favor del arrebatamiento esperando que sea de bendición para todo el que le llegue este estudio. Favor de buscar cada cita que se usa aquí y evaluarla en su contexto y verificar si es veraz o no dicho acontecimiento.


El arrebatamiento: la esperanza de la Iglesia

El arrebatamiento es una promesa del Señor. Juan registra en su evangelio que Jesús en el aposento alto cuando compartió la cena con sus discípulos sabía que le quedaba poco tiempo, por lo que comenzó a decirle lo que pasaría con él después de salir de allí. Que sería traicionado por uno de sus discípulos, negado 3 veces por otro, asesinado y que luego el sería ascendido al cielo (ver Juan 13:1; 21-30; 33; 36-38). De seguro esto debilitó mucho moralmente a sus discípulos ya que ellos habían dejado todo por seguirle (ver Mateo 19:27) y ahora se enteran de que él se iba y los iba a dejar en el mundo. Por lo que Jesús le da una promesa:

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis (Juan 14:1-3).

Hay expositores que vinculan la frase "si así no fuera, yo os lo hubiera dicho" con lo que sigue, "voy pues a preparar lugar para vosotros" sugiriendo que Jesús nunca dijo que iba a preparar lugar porque ya habían moradas en el cielo. Pero en el texto entre esas dos frases hay punto y coma (;) que gramaticalmente se utiliza (a parte de marcar una pausa mayor que la coma) es para unir la frase con lo que antecede no con lo siguiente. Además las palabras moradas (menö) literalmente "habitaciones" y lugar (topon) "lugar de descanso" tienen significados diferentes en el griego. Jesús fue a las habitaciones de la casa del Padre a hacernos un lugar para descansar, como era costumbre de Dios con su pueblo, como lo ilustra Número 10:33: "Así partieron del monte de Jehová camino de tres días; y el arca del pacto de Jehová fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de descanso".

También vemos que el arrebatamiento es una oración del Señor al Padre: "Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo" (Juan 17:24). Que como sabemos Dios nunca negó nada que Jesús pidiera (ver Salmos 2:8; Juan 11:42).

Existen 4 palabras en el Nuevo testamento que se usan para hablar del regreso de Cristo por su Iglesia: parousia, apokalupsis, epiphaneia, harpazö.

Parousia, aparece 24 veces en el N.T, muchas de ellas haciendo referencia al arrebatamiento. Leemos: "Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos," (2 Tesalonicenses 2:1; ver también: 1 Corintios 15:23; 1 Tesalonicenses 2:19; 3:13; 4:15; 5:23; Santiago 5:7, 8; 1 Juan. 2:28).

Apokalupsis, aparece 18 veces como sustantivo y 26 en forma de verbo, y quiere decir "revelar, quitar el velo". Y es usada con relación al encuentro de Cristo con su Iglesia: "Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria" (Colosenses 3:4; ver también: 1 Corintios 1:7; 1 Pedro 1:7, 13).

Epiphaneia, quiere decir "manifestar, traer a la luz, hacer brillar" es usada 2 veces en relación con el arrebatamiento. Leemos en 1 Timoteo 6:14 "que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo," (ver también, 2 Timoteo 4:8).

Harpazö es un verbo antiguo que significa "arrebatar, llevarse consigo, tomar por la fuerza" y es usado para referirse al traslado de la Iglesia en 1 Tesalonicenses 4:17; en otros versículos se usa para describir un tomar por la fuerza, o traslado (ver Juan 10:28-29, Hechos 8:39, 2 Corintios 12:2, 4).

Ahora es necesario adentrarse en el pasaje de la Biblia que más detalle nos ofrece con respecto al traslado de la Iglesia, y se encuentra en 1 Tesalonicenses 4:13-18, no sin antes poner en contexto la carta para poder tener una interpretación correcta de dicho pasaje.

Al momento de Pablo escribir la carta a los tesalonicenses, los de esa Iglesia llevaban meses en él Señor. El apóstol ya les había enseñado acerca de la venida del Señor para reunir a los creyentes con él (ver 1:9-10; 2:19; 3:13). Sobre el día del Señor (ver 5:1-3) que es un tiempo de juicio venidero sobre los impíos. Pero al parecer habían detalles que les causaban problemas. Parecían estar asustados de haberse perdido el arrebatamiento pues la persecución que estaban sufriendo (ver 3:3-4) les hacía entender que estaban en el día del Señor, algo que no esperaban experimentar (ver 2 Tesalonicenses 2:1-2). Habían algunos falsos maestros que alimentaban esa mala interpretación de los cuales advirtió Pablo: "que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como que si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca" (2 Tesalonicenses 2:2). El temor de los tesalonicenses de que estaban en el día del Señor y se habían perdido el arrebatamiento implica que el arrebatamiento precede a la tribulación. Si los tesalonicenses supieran que el arrebatamiento vendría al final de la tribulación, la persecución no les habría causado temor de habérselo perdido. En su lugar esa persecución habría sido causa de gozo, no de preocupación. Si el día del Señor había llegado y el arrebatamiento era después de la tribulación, aquel bendito acontecimiento se estaría acercando.

Pero la preocupación mayor de los tesalonicenses tenía que ver con aquellos de entre ellos que habían muerto. ¿Recibirían sus cuerpo resucitados en el arrebatamiento o debían esperar hasta después de la tribulación? ¿Se perderían el arrebatamiento? ¿Serían entonces ciudadanos de segunda clase en el cielo? ¿Sería la muerte un castigo por sus pecados? Se amaban tanto los unos a otros (ver 4:9-10) que esos pensamientos lo perturbaban.

Su preocupación por quienes habían muerto, enseña que los tesalonicenses creían que el regreso de Cristo era inminente y podía ocurrir en cualquier momento de su vida. De otra manera, no habría razón para su preocupación. El temor de los tesalonicenses de que los creyentes muertos pudieran perderse el arrebatamiento también implica que creían que éste sucederá antes de la tribulación. Si el arrebatamiento precede a la tribulación, podrían haberse preguntado cuando recibirían sus cuerpos resucitados los creyentes que habían muerto. Pero esa confusión no existiría si el arrebatamiento era posterior a la tribulación: entonces todos los creyentes recibirían sus cuerpos resucitados al mismo tiempo. Además si les hubiera enseñado que pasarían por la tribulación, no se habrían lamentado por quienes murieron; más bien se habrían alegrado al saber que serían libres de vivir ese horrible momento.

Pablo les escribió esta sección de su epístola para aliviar la pena y la confusión de los tesalonicenses.

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. (4:13)

A Pablo le preocupaba la ignorancia de los tesalonicenses acerca de los hermanos que habrían muerto y que así se entristecieran como los que no tienen esperanzas. Como su pena estaba basada en la ignorancia los consoló dándoles conocimiento.

La frase Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis (ou thelomen humas agnoein) o su equivalente, suele presentar un tema nuevo en las epístolas de Pablo (ver Romanos 1:13; 1 Corintios 10:1; 12:1; 2 Corintios 1:8; Filipenses 1:12; Colosenses 2:1). La Palabra tampoco y el termino afectuoso hermanos (ver 1, 10, 1:4; 2:1; 9, 14, 17; 3:7; 5:1, 4, 12, 14, 25) enfatizan el cambio de asunto y llaman la atención a la importancia del nuevo tema. En este caso Pablo presentó no solo un nuevo tema sino también una nueva revelación que había recibido "en palabras del Señor" versículo 15.

Puesto que esta era su preocupación principal, Pablo trató primero la cuestión acerca de los que duermen (peri tön koimömenön). Si bien la palabra dormir (Koimaö) se usa para un dormir normal (ver Mateo 28:13; Lucas 22:46; Hechos 12:6), se usa con más frecuencia para designar aquellos que murieron (ver 13-15; Mateo 27:52; Juan 11:11; Hechos 7:60; 13:36; 1 Corintios 11:30; 15:6, 18, 20, 51; 2 Pedro 3:4). En el versículo 14 los que duermen aparecen identificados como "a los que durmieron en él (Jesús)". El participio presente koimömenön (versículo 13) se refiere a aquellos que duermen continuamente como un curso normal de la vida en la Iglesia. Ellos estaban cada vez más preocupados por sus hermanos creyentes que continuaban muriendo.

para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza (kathös hoi loipoi hoi më echontes elpida, "Como los demás que no tienen esperanza"). Hay una pena normal que acompaña la muerte de un ser amado, causada por el dolor de la separación y la soledad. Jesús se lamentó y lloró por la muerte de Lázaro, y Pablo exhortó a los Romanos a llorar "con los que lloran" (ver Romanos 12:15). Sin embargo cuando Pablo escribe aquí no tenía en mente esa clase de dolor sino de los que no tienen esperanzas. Como personas mundanas que viven sin una esperanza futura. Pablo describió a los incrédulos en Efesios 2:12 como quienes vivían "sin esperanzas y sin Dios en el mundo".

A diferencia de los incrédulos, los cristianos nunca tienen una despedida final entre ellos; habrá una "reunión (de todos los creyentes) con él" (2 Tesalonicenses 2:1). Las separaciones en esta vida son solamente temporales.

Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. (4:14)

La conjunción si no sugiere incertidumbre o duda, sino secuencia lógica. Pablo dice: "Puesto qué" o "Con base en el hecho que" creemos que Jesús murió, ciertas cosas siguen lógicamente. La declaración simple de Pablo resume toda la riqueza de la obra expiatoria de Cristo, que provee el fundamento necesario para la reunión de la Iglesia. Es importante señalar que Pablo no usó la metáfora del sueño para referirse a Jesús, sino que dice murió. Jesús experimentó la furia de la muerte en todas sus dimensiones cuando, (como dice el apóstol Pedro) "llevó el mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre él madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados vivamos a la justicia" (1 Pedro 2:24). La muerte de Cristo en la Cruz convirtió el concepto de muerte en un sueño, la muerte en pasó a ser un estado de descanso de esta vida terrenal, hasta que Cristo vuelva por su Iglesia y levante a los que durmieron en el. Cuando el cristiano muere su espíritu va consiente inmediatamente a la presencia del Señor mientras su cuerpo duerme temporalmente en la tumba (ver Filipenses 1:23; 2 Corintios 5:6-8).

Y resucitó, la Biblia es bastante reiterativa en el hecho de que Jesús resucitó. Se narra en los capítulos finales de cada evangelio (ver Mateo 28:1-20; Marcos. 16:1-20; Lucas 24: 51; Juan 20-21) y fue el tema de predicación de los apóstoles (ver Hechos 2:32; 4:10; 10:41; Romanos 6:4; 7:4; 8:34 etc..). La resurrección de Cristo prueba que conquistó el pecado y la muerte y se hizo la fuente de la vida de resurrección para todos los cristianos, eso le permitió ser "el justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús" (Romanos 3:26). Así también. Esta frase enlaza la resurrección de los creyente de modo inherente con la resurrección de Cristo. En Juan 14:19 Jesús dijo: "Porque yo vivo, vosotros también viviréis". Pablo escribió a los Corintios: "Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder" (1 Corintios 6:14). Y en su segunda carta a la misma Iglesia escribe: "El que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús..." (2 Corintios 4:14). traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Los otros creyentes que habían muerto no se perderían el arrebatamiento, sino que regresarían con Cristo en gloria. La frase traerá Dios, hace referencia a los cristianos que han muerto, los cuales están en espíritu en el cielo, que descenderán con Cristo para recibir sus cuerpos glorificados. Durmieron en él. Lo que deja claro que los muertos que van a resucitar para el traslado de la Iglesia fueron los Cristianos desde el día de pentecostés hasta el momento en que ocurra dicho evento. Pablo usa esencialmente la misma frase cuando dice a los Corintios "los que durmieron en Cristo" (1 Corintios 15:18). Demostrando la aceptación de Dios al sacrificio expiatorio de Cristo, su resurrección apunta al primer pilar del traslado de la Iglesia: la muerte de Cristo.

Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. (4:15)

Esta enseñanza de Pablo muestra que había recibido dicha información sobre el traslado de la Iglesia directamente de Dios y que no era especulación suya. La frase os decimos esto en palabra del Señor tiene el tono autoritario de un escritor inspirado que revela lo que Dios a mostrado. Es parecido en esencia a lo que le dijo Pablo a los Corintios de que sus palabras provenían directamente de Dios: "Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor" (1 Corintios 14:37). En ninguna manera esto quiere decir que Pablo estaba repitiendo alguna palabra de Jesús en los Evangelios o alguna enseñanza que no había sido registrada (ver Hechos 20:35). Esto era una revelación nueva, como el mismo afirma en 1 Corintios 15:51, donde también habla del traslado de la Iglesia y dice que es "un misterio", en otras palabras, el traslado de la Iglesia era una verdad no revelada ni enseñada hasta el momento en que Pablo u otro apóstol la revela.

Los Tesalonicenses habían sido enseñado por Pablo que no estarían en el día de la ira de Dios (ver 1:10; 5:9) y habían sido instruidos sobre la venida del Señor (5:1-3) por lo que sabían esos detalles, e implícitamente podemos decir que ellos tenían una breve instrucción no tan detallada sobre la venida inminente del Mesías, sobre el arrebatamiento (ver 1:10; 3:13; 5:23). Al parecer el no tener ese acontecimiento tan detallado, les traía muchas interrogantes, que a Pablo le fue revelado y el lo enseño a la Iglesia, porque era una revelación nueva.

Entonces, podemos decir que el arrebatamiento no es un capricho inventado por algún maestro por miedo a pasar por la tribulación, sino que es una verdad que se sustenta en la muerte, resurrección y revelación de Cristo.

Dos grupos serán partícipe del traslado de la Iglesia: los que viven hasta la venida del Señor y los que durmieron. El pronombre plural nosotros enseña claramente que Pablo creía en la inminencia del regreso de Cristo, él creía que Cristo podía venir por su Iglesia en cualquier momento de su vida (ver 1 Corintios 10:1; 16:22; Romanos 13:11-12; Tito 2:13) Pablo sabía que estaba en la era mesiánica, el período entre la primera y segunda venida de Cristo, los últimos días de la historia humana, él no sabía que iba a durar tanto como hasta ahora y por eso a los Corintios hablándoles sobre el arrebatamiento vuelve a incluirse entre los que iban a estar vivos para cuando ese acontecimiento suceda: "He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados" (1 Corintios 15:51-52).

Pablo vivía en constante expectativa por el regreso de Cristo. No obstante, el apóstol tranquilizó a los tesalonicenses diciéndoles que quienes habían muerto entre ellos no se perderían el arrebatamiento, sino que serían levantados y transformados primero. No habrá precedencia de los vivos sobre los muerto ni obtendrán ventajas sobre ellos quienes mueran antes del arrebatamiento no serían inferiores a los que estén vivos porque todos los cristianos participaran de el "...todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados" (1 Corintios 15:51-52).

Porque el Señor mismo con voz de: mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. (4:16)

el Señor mismo es el que viene por su Iglesia y no enviará a sus ángeles hacerlo como en Mateo 24:31. Segundo, con voz de mando (en Keleusmati) se describe como un timbre militar cuando el comandante llame a sus tropas a la fila. Los muertos se levantarán en sus cuerpos glorificados y estarán en la fila con los que estén vivo. Será semejante a la resurrección de Lázaro donde Jesús lo llamó con voz de mando y su cuerpo se levantó y vino hacia él (ver Juan 11:43). Una verdad que de seguro les trajo paz a la Iglesia de Tesalónica. Tercero, con voz de arcángel (en phönëi archaggelou), el único arcángel que menciona la Biblia es Miguel (ver Judas 1:9). Se entiende que arcángel es un cargo superior al de un ángel, es el que comanda la tropa de ángeles del cielo, por lo que se puede deducir que Cristo vendrá como se le mostró a Josué, "como Príncipe del ejército de Jehová" (Josué 5:14). Que si nos fijamos bien Josué se arrodilló ante él, de ser un ángel normal había rechazado ese acto de Josué (ver Apocalipsis 19:10; 22:9).

Cuarto, y con trompeta de Dios, en los dos pasajes que habla del arrebatamiento se habla de esta trompeta (ver 1 Corintios 15:52) que no tiene nada que ver con las trompetas del apocalipsis Cap. 8-11. Las trompetas tienen múltiples usos en las escrituras: Sonaban para las fiestas de Israel (ver Números 10:10), en las celebraciones (ver 2 Samuel 6:15), y en las convocatorias (ver Levítico 23:24) para la guerra (ver Números 10:9) o por cualquier cosa necesaria para congregar la multitud (ver Números 10:2; Jueces 6:34). Pero esta trompeta de Dios (salpiggi theou) del arrebatamiento tiene un propósito doble: congregar al pueblo de Dios (ver Éxodo 19:16-19) y dar la señal de su liberación (ver Zacarías 9:14-16). Esta trompeta marca el final de la era de la Iglesia en la tierra, es la culminación de su tiempo, el final de sus obras.

Cuando Dios abrió la dispensación de la Ley, se escuchó un sonido fuerte que hizo reunir al pueblo de Israel (ver Éxodo 19:16) para luego darle la Ley a Moisés, así también cuando se abrió la dispensación de la Iglesia se escuchó un estruendo fuerte (ver Hechos 2:2) para luego llevarlos a la apertura de la era de la Iglesia. Esta culminará cuando suene la trompeta en el arrebatamiento y la Iglesia se reúna con su Salvador. La esposa se reunirá con su Novio. Y dicha trompeta abrirá el tiempo del juicio de Dios sobre el mundo.

Descenderá del cielo; donde ha estado desde su ascensión (ver Hechos 1:9-11) y cumpliéndose así las palabras dichas por los ángeles: "los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo" (Hechos 1:9-11). La Iglesia de tesalónica había recibido la enseñanza de que el Señor vendría del cielo por ellos, por eso Pablo los elogia ya que ellos estaban esperando "....de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús....." (1:10). Antes del arrebatamiento Jesús está en el cielo a la diestra de Dios (ver Hechos 7:56, Hebreos 1:3), siendo nuestro abogado cuando pecamos (ver 1 Juan 2:1) e intercediendo por nosotros delante de Dios (ver Hebreos 7:25). Pero la más hermosa noticia es que el fue a preparar morada para nosotros, el dijo: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Juan 14:2-3).

los muertos en Cristo resucitarán primero (hoi nekroi en Christöi anastësontai pröton). Es bastante claro aquí, los primeros en resucitar serán los creyentes que murieron desde la inauguración de la Iglesia en Pentecostés hasta el momento en que Cristo venga por su Iglesia. La Biblia enseña un programa de resurrección y no una sola resurrección de Justos e injustos. Pablo enseñó a los Corintios sobre el programa de resurrección y el orden: "Pero cada uno en su debido orden (gr. tagmati), : Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida" (1 Corintios 15:23). Las primicias ahí se refiere a la Iglesia que somos los primeros frutos de la resurrección (fíjese en el uso del plural "Primicias", luego será la resurrección de los Santos de la Gran tribulación quienes resucitarán para entrar en el milenio llamándose ellos "la primera resurrección" (ver Isaías 26:19; Daniel 12:2; Apocalipsis 20:4-5). En esta resurrección no están los perdidos, ellos estarán cuando pase el milenio (ver Apocalipsis 20:5) y serán resucitado con el propósito de ser juzgado y lanzado al lago eterno (ver Apocalipsis 20:11-15).

Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. (4:17)

arrebatados (Harpazö) se refiere a un acto violento, irresistible y fuerte. En Mateo 11:12 se usa para referirse a la toma por la fuerza del reino de Dios. En Juan 10:12 para hablar del Lobo que arrebata a las ovejas. En Juan 10:28-29 para hablar de la imposibilidad de arrebatar a los creyentes de las manos de Cristo y de Dios. Hechos 8:39 dice que Felipe fue arrebatado de donde estaba con el Etíope; Pablo fue arrebatado al tercer cielo (2 Corintios 12:2, 4). Cuando los creyentes seamos arrebatados, seremos transformados y recibiremos cuerpos glorificados, porque el Señor "....transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas" (Filipenses 3:21). Juan escribió: "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es" (1 Juan 3:2). Eso será en un momento, en un abrir y cerrar de ojos que seremos trasformado (vea 1Corintios 15:52). Así seremos librados de las tentaciones y sufrimiento de este mundo y librado del temor de la muerte, el cual nos tenía toda la vida sujetos a servidumbre (ver Hebreos 2:15).

juntamente con ellos en las nubes. Las Nubes se asocian en las Escrituras con apariciones divinas. Cuando Dios apareció en el Monte Sinaí, "Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días; y al séptimo día llamó a Moisés de en medio de la nube" (Éxodo 24:16). Denotaba la presencia de Dios en el tabernáculo (ver Éxodo 40:34), en el templo (ver 1 Reyes 8:10), en la transfiguración de Cristo (ver Mateo 17:5), y en su ascensión (ver Hechos 1:9). El último paso es una bendición, se nos dice que estaremos siempre con el Señor. Ningún regalo o placer que te ofrezca el mundo puede ser mejor que estar para siempre con Cristo.

Después de que los creyentes en Cristo seamos arrebatados iremos al cielo a pasar por el Tribunal de Cristo (ver 1 Corintios 3:11-15; 2 Corintios 5:10; Romanos 14:10), que no es más que la rendición de cuenta sobre lo que hiciste en la tierra en el tiempo que serviste al Señor y no para condenación, puesto que ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1) y luego entrar a las bodas del cordero (Apocalipsis 19:7-9).

Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. (4:18)

La ganancia del arrebatamiento no es llenarte de conocimiento escatológico, sino darte la bendita esperanza de que Cristo vendrá por los suyos un día, para que estemos para siempre con él. Por eso Pablo llamó al regreso de Cristo "la esperanza bienaventurada" (Tito 2:13). Dios es el Dios de toda consolación (ver 2 Corintios 1:3) y nos deja estás palabras para que nos alentemos aun en los momentos más difíciles porque esto es solo temporal, pero la ganancia del arrebatamiento es eterna.

Respondiendo objeciones y tiempo del arrebatamiento.

Ahora es preciso establecer algunas diferencias claramente notables en la Biblia con respecto al arrebatamiento y la segunda venida y así mismo establecer el tiempo en que este acontecimiento tendrá cumplimiento.

  • Diferencias entre el arrebatamiento y segunda venida

Un argumento que usan los que no creen en el arrebatamiento de la Iglesia es Mateo 24:30-31. Dicen que es el mismo acontecimiento que se registra en 1 Tesalonicenses 4:16-17, pero ¿es cierto eso? entiendo que una lectura minuciosa te lleva a la conclusión que no, pues se observa que sus diferencias sobrepasan sus similitudes.

En Mateo 24:30-31 el Hijo del hombre viene de las nubes, en 1 Tesalonicenses 4:16-17 los creyentes que ascienden están en ella. En Mateo 24:30-31 los ángeles son los que reúnen a los escogidos (de Israel y gentiles convertidos de todo el mundo luego de la tribulación) en 1 Tesalonicenses 4:16-17 lo hace el Señor mismo. En Mateo 24:30-31 no se dice nada con respecto a resurrección, mientras que en 1 Tesalonicenses 4:16-17 es el tema principal. En Mateo 24:30-31 no se registra nada sobre el orden de ascensión, que es la lección principal en 1 Tesalonicenses 4:16-17.

Entiendo que con estás notables diferencias se hace inconcebible que alguien pueda afirmar aún que se trata del mismo evento, pero si aún no es convincente, vamos a seguir mostrando el marcado contraste entre el arrebatamiento y la segunda venida:

En el arrebatamiento Cristo viene a recompensar a los creyentes (1 Corintios 3:11-15; 2 Corintios 5:10), pero en la segunda venida Cristo viene a juzgar la tierra (Mateo 25:31-46); en el arrebatamiento el Señor toma a los verdaderos creyentes de la tierra (1 Tesalonicenses 4:15-17), pero en la segunda venida se lleva a los incrédulos (Mateo 24:37-41), en el arrebatamiento los incrédulos siguen en la tierra, mientras que en la segunda venida los creyentes se quedan en la tierra; cuando las Escrituras hablan del arrebatamiento no mencionan el establecimiento del reino de Cristo, pero en la Segunda Venida Cristo establecerá su reino; en el arrebatamiento los creyentes recibirán cuerpos glorificados (1 Corintios 15:51-54), mientras que eso no ocurrirá con nadie en la segunda venida. El arrebatamiento es el traslado y remoción de todos los creyentes (1 Tesalonicenses 4:14-17); segunda venida es la manifestación de Jesucristo (Mateo 24:30, Apocalipsis 1:7). El arrebatamiento tiene que ver con los santos tomados en el aire (1 Tesalonicenses 4:17); la segunda venida, con el regreso de Cristo a la tierra (Zacarías 14:4). El arrebatamiento conduce al tiempo de la tribulación; la segunda venida al establecimiento del reino milenial (Apocalipsis Cap. 19-20). El arrebatamiento es inminente; la segunda venida es precedida por muchas señales (Mateo 24:32-46). El arrebatamiento tiene que ver con el programa de Dios para la iglesia (Romanos 11:25; Muertos en Cristo 1 Corintios 15:23; 1 Tesalonicenses 4:16); la segunda venida con el de Israel y las naciones (Zacarías 12:7-8; Mateo 19:28; 25:31-32; Apocalipsis 1:7). El arrebatamiento tiene un mensaje de consuelo (1 Tesalonicenses 4:14-18); la Segunda Venida está acompañada por un mensaje de juicio (Mateo 24-25). El arrebatamiento es un misterio (1 Corintios 15:51), la segunda venida está anunciada en el Antiguo Testamento (Salmos 14:7; 53:6; 110:2; Isaías 46:13; Zacarías 12:7-8; Daniel 7:13-14 etc). El arrebatamiento da paso a un juicio para creyentes (1 Corintios 3:11-15; 2 Corintios 5:10); la segunda venida será previa al juicio para Israel y las naciones (Zacarías 12:7-8; Mateo 19:28; 25:31-32; Apocalipsis 1:7). El arrebatamiento deja la creación inalterada; la segunda venida envuelve un cambio en la creación (2 Pedro 3:10-13). En el arrebatamiento los gentiles no serán afectados; en la segunda venida serán juzgados (Apocalipsis 20:11-15). En el arrebatamiento los pactos con Israel no se cumplen; en la segunda venida se cumplen todos. En el arrebatamiento no hay relación con el programa de Dios con respecto al mal; en la segunda venida, el mal será juzgado (Mateo 25:31-46; Apocalipsis 20:11-15). En el arrebatamiento sólo participan creyentes (1 Tesalonicenses 4:14-17); en la segunda venida se verán involucrados todos los hombres (Apocalipsis 1:7). El arrebatamiento tendrá lugar antes del día de la ira (1 Tesalonicenses 1:10; 5:9; Apocalipsis 3:10); la segunda venida será al final de ese día. El arrebatamiento abre para la Iglesia un encuentro con Cristo (1 Tesalonicenses 4:17); la segunda venida abre la implantación del Reino de Dios en la tierra (Apocalipsis cap. 19-20).

  • El arrebatamiento es antes de la gran tribulación

El texto base sobre el cual se apoya la postura del arrebatamiento pretribulacional es Apocalipsis 3:10: Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

Aquí Jesús promete el galardón de ser librado de ese período de prueba a la Iglesia por haber guardado su palabra, y de ahí se puede extraer el porqué sucede el arrebatamiento. Pero, ¿Cómo podemos interpretar la expresión te guardaré de? los que no creen en el arrebatamiento pretribulacional le dan una interpretación superflua, afirmando que Cristo no dijo que sacaría la Iglesia para no pasar la tribulación sino que la guardaría en medio de ella. Y añaden que Israel en Egipto, Daniel en el foso, y Sadrac, Mesac y Abed-nego en el horno, no fueron sacados de la prueba sino guardado en medio de ella. Pero aislar ese versículo del contexto general del libro de Apocalipsis evidencia un deseo forsozo por querer justificar su punto. La expresión te guardaré de en griego es teréo ek puede significar "un estado seguro fuera de o un emerger a salvo de", la primera definición justifica el arrebatamiento antes de la tribulación la segunda no. Pero tomando como ejemplo 2 Corintios 1:10 y 1 Tesalonicenses 1:10 donde se usa la misma preposición podemos ver que tiene más peso (dado el uso de la palabra) el arrebatamiento antes de la tribulación. En el pasaje de 2 Corintios Pablo repite cómo Dios lo rescató de la muerte. Pablo no emergió de un estado de muerte, sino que fue rescatado de un peligro potencial. Mas convincente es 1 Tesalonicenses 1:10 donde Pablo afirma que Cristo rescatará a los cristianos de la ira venidera. La idea ahí no es emerger después de experimentar algo, sino la protección para no entrar en ellos.

Además si Apocalipsis 3:10 habla de guardar o proteger de la tribulación no de sacar la Iglesia, ¿qué pasó con los muertos decapitados por no adorar al anticristo en el tiempo de la tribulación (Apocalipsis 20:4)? Sólo se puede deducir tres cosas: Cristo falló en su promesa de protección (lo cual es imposible), o ellos no estaban protegidos o ese no es el significado del texto. Que dado que la Iglesia no aparece más desde el capítulo 4 hasta las bodas del cordero en Apocalipsis 19:7-9 es más convincente deducir que la Iglesia será trasladada no, protegida.

También en el tiempo de la gran tribulación el evangelio será predicado por 2 testigos durante 1200 días, a los cuales matarán (ver Apocalipsis 11:3-8) y cuando los 2 testigos hayan cumplido su propósito, las partes que queden sin haber recibido la predicación del Evangelio Dios le enviará un ángel para terminar el trabajo (Apocalipsis 14:6). Esto hace que se planteen algunas preguntas, Si la Iglesia estuviese en la tribulación ¿no sería ella la que estuviese la responsabilidad de llevar el evangelio por el mundo como ordenó Jesús en los Evangelios (ver Mateo 28:19-20; Marcos 16:15-16; Lucas 24:47; Hechos 1:8)? ¿Para qué Dios necesitaría sólo 2 testigos si tiene millones de ellos en ese tiempo que desde la ascensión de Cristo se la han pasado predicando el Evangelio? ¿Por que desde Apocalipsis capítulo 4 hasta el 22:16 no aparece la Iglesia por ninguna parte? ¡No tiene sentido! La Iglesia se la ha pasado predicando el Evangelio desde el momento en que Cristo subió al cielo, (según los postribulacionistas estará en la gran tribulación), pero Dios no la usará para predicar puesto que debe mandar 2 testigos y luego un ángel hacerlo ¿Dónde está la lógica del asunto? verdaderamente no la tiene, pero si (ver 1 Tesalonicenses 1:10; 5:9; Apocalipsis 3:10) enseñan que Dios quitará la Iglesia para dar paso a su ira sobre el mundo, entonces si es lógico que, puesto que el mundo ya no tiene a la Iglesia Dios use a los testigos, a 144 mil judíos sellados y al ángel para que lleven el evangelio por todo el mundo y le sean testigos.

Algunos entre los premilenialistas afirman que el arrebatamiento es después de la gran tribulación, donde los creyentes recibirán cuerpos de resurrección y entraran en el reino milenial con Cristo, lo que hace al arrebatamiento y la segunda venida lo mismo. Pero, si se hace eso se está trivializando el arrebatamiento y pasaría a ser un acontecimiento carente de propósito, pero ¿Por que no es lógica ni bíblica dicha afirmación? Presentaremos argumentos que te llevarán a entender que no puede ser así:

En los pasajes que hablan del arrebatamiento (ver Juan 14:1-3; 1 Tesalonicenses 4:13-18; Apocalipsis 3:10; 1 Corintios 15:51-52; Filipenses 3:2-21) no se mencionan juicios, no siendo así con los pasajes de la segunda venida que sí hablan del Juicio cuando el Señor venga (ver Mateo 13:34-50; 24:29-44; Apocalipsis 19:11:21), lo que deja bastante claro de que el arrebatamiento ocurre en un tiempo antes de la gran tribulación. Lo mejor es separar los dos acontecimientos. Esto inicia el caso de que el arrebatamiento se producirá de forma inminente, antes de los elementos del juicio descrito en las Escrituras que llevan a la segunda venida en juicio.

El reino terrenal de Cristo, prometido en Apocalipsis 6--18 no menciona que la Iglesia esté en la tierra. Como Apocalipsis 1--3 usa la palabra griega para Iglesia 19 veces, podría suponerse (razonablemente) que si la Iglesia estuviera en la tierra y no en el cielo, en los capítulos 6--18, se usaría allí la palabra Iglesia con la misma frecuencia, pero no es el caso. Por lo tanto, puede suponerse que la Iglesia no está presente en el período de la tribulación descrito en Apocalipsis 6--18 y, por tanto, el Señor la ha trasladado de la tierra y reubicado en el cielo por medio del arrebatamiento.

Apocalipsis 19 no menciona el arrebatamiento, aunque el capítulo está donde ocurriría lógicamente el arrebatamiento, postribulacional (si fuera cierto). Por lo tanto se puede concluir que el arrebatamiento ya había ocurrido.

El arrebatamiento postribulacional hace insignificante el concepto mismo de arrebatamiento. Si Dios preserva a la Iglesia durante la tribulación, como afirman los postribulacionistas, ¿para que el arrebatamiento? No tiene sentido arrebatar a los creyentes de la tierra al cielo sin una razón aparente distinta a que ellos regresen inmediatamente con Cristo a la tierra. Más aún, el arrebatamiento postribulacional hace redundante la separación única de las ovejas (creyentes) y los cabritos (incrédulos) en el regreso de Cristo en juicio, porque un arrebatamiento postribulacional habría servido para eso.

Si Dios arrebata y glorifica a todos los creyentes justo antes de inaugurar el reino milenario (Como afirman los postribulacionistas) no quedaría nadie para poblar y propagar el reino terrenal de Cristo prometido a Israel. En el plan y propósito de Dios no está usar individuos glorificados para propagarse en la tierra durante el milenio. De modo que el arrebatamiento debe ocurrir antes, para que después de Dios haya arrebatado a todos los creyentes, Él pueda salvar más almas, inclusive el remanente de Israel, durante la tribulación de siete años. Esas personas podrán entrar después al reino milenial con sus cuerpos terrenales. La posibilidad más razonable para ese escenario es el arrebatamiento pretribulacional.

Si la Iglesia es un misterio que no aparece en el A.T, como enseña la Biblia (Efesios 3:3-12, Colosenses 1:18-27) tiene que ser sacada antes de la tribulación, porque la tribulación no es un misterio sino que fue el sujeto de revelación en el Antiguo Testamento.

Si la Iglesia no tuvo parte en las primeras sesenta y nueve semanas de la profecía de Daniel, ¿cómo puede tener parte en la semana septuagésima futura?

Si el que impide, (según se cree es el Espíritu Santo), tiene que ser quitado antes de la tribulación (2. Ts. 2:1-10) entonces la Iglesia tiene también que ser quitada del mundo.

Los veinticuatro ancianos, que representan a la Iglesia, se ven en el cielo antes del principio de la tribulación. Que representan a la Iglesia se ve de la propia declaración de ellos de que representan a una multitud coronada que está allí solamente en virtud de la sangre redentora de Cristo.

Las exhortaciones con respecto al arrebatamiento indican que la Iglesia no irá a través de la tribulación. El arrebatamiento es llamado una esperanza consoladora (1. Ts. 4:18); una esperanza purificadora (1.Jn. 3:3); y una esperanza bienaventurada (Tit. 2:13). Nada de esto sería cierto si la Iglesia tuviera siete años durante los que prepararse para encontrarse con el Señor. Además, los creyentes tienen que aguardar (Tit. 2:13), velar (1.a Ts. 5:6), y esperar (1.a Co. 1:7) por su Salvador.

  • Entendiendo 2 Tesalonicenses 1:5-10

Este pasaje es muy usado por los postribulacionistas, el teólogo Charles C. Ryrie hizo una excelente defensa contra el argumento postribulacionista de este pasaje, así que mi respuesta es justo la suya:

Algunos postribulacionistas encuentran una importante defensa para su posición en 2 Tesalonicenses 1:5-10:

"Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis. Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)".

Ellos interpretan el pasaje así: "Pablo está poniendo la libertad de la persecución de los cristianos al final de la tribulación cuando Cristo regrese a juzgar a los incrédulos, mientras que los pretribulacionistas creen que esta libertad sucederá antes de los siete años" (Robert N. Gundry, The Church and the Tribulation [Grand Rapids: Zondervan, 1973], p. 113). En otras palabras, ya que esta libertad viene con la segunda venida y la libertad está conectada con el arrebatamiento, tanto éste como la segunda venida sucederán al mismo tiempo.

TRES PREGUNTAS

Examinemos las respuestas de los postribulacionistas a la luz de tres preguntas respecto a este pasaje.

1. ¿Cuál es el tema que Pablo está discutiendo en estos versículos? La respuesta postribulacional es: libertad de la persecución para los cristianos.

2. ¿Cuándo sucederá esta libertad? En el regreso postribulacional de Cristo.

3. ¿Qué grupo de personas experimentará esta libertad? Obviamente, sólo los cristianos que sobrevivan durante la tribulación y estén vivos en el postribulacional arrebatamiento.

Comencemos con la tercera respuesta de los postribulacionalistas. El pasaje sólo trata de la libertad de los cristianos sobrevivientes al término de la tribulación. Si así es, ¿por qué ignora Pablo, aparentemente, a los tesalonicenses que habían sufrido persecución y habían muerto? La muerte fue el modo de escapar para ellos. ¿Por qué, entonces, no hizo mención acerca de esta vía de escape, ya que algunos a quienes escribía tal vez la experimentarían? Seguramente, el arrebatamiento de los vivos traería alivio de la persecución, pero, sólo un pequeño porcentaje de los creyentes experimentaría la libertad por este medio, ya que la mayoría moriría antes del arrebatamiento. Si la liberación es el punto principal aquí para Pablo, y si ésta sucederá en el arrebatamiento postribulacional, entonces, el apóstol está ofreciendo esta vía de escape a un grupo muy reducido de creyentes.

Estudiando más a fondo este pasaje desde el punto de vista postribulacional, uno tiene que concluir que la libertad para los cristianos está conectada al juicio de fuego sobre los incrédulos. No se describe en términos de encontrarse con su Señor y estar siempre con él, ni en términos de una resurrección para los que han muerto, como otros pasajes describen el 22 arrebatamiento. Obviamente, si los enemigos de uno serán castigados, entonces, habrá liberación de sus persecuciones. Pero, el punto principal es este: ¿dónde se describe el arrebatamiento en este pasaje? El aspecto de juicio en la segunda venida tiene la prominencia, y aunque, según el postribulacionismo, el arrebatamiento es la primera parte de la segunda venida, esta parte inicial está totalmente ausente de esta discusión.

Si Pablo creyó firmemente en un arrebatamiento postribulacional, entonces, ¿por qué no lo mencionó, ya que es éste el que trae la liberación inmediata, no el juicio siguiente sobre los enemigos de Dios? Los cristianos que sobrevivan a la tribulación (si el postribulacionismo es correcto) serán liberados de la persecución en el instante en que sean arrebatados, si Cristo juzga o no a sus enemigos al mismo tiempo.

Note en este mismo pasaje algunas de las palabras que hacen hincapié en el juicio que Dios trae sobre sus enemigos: "justo juicio" (v. 5), "justo" (v. 6), "pagar" (v. 6), "tribulación" (v. 6), "llama de fuego" (v. 8), "retribución" (v. 8). Extrañamente, este vocabulario está ausente de los pasajes acerca del arrebatamiento en Juan 14:1-3, 1 Corintios 15:51-58, y 1 Tesalonicenses 4:13-18. En realidad, sólo se puede encontrar el arrebatamiento en esta cita si uno impone su propio sistema escatológico. La exégesis aquí no enseña el arrebatamiento.

¿Por qué tuercen este pasaje los postribulacionistas? Simplemente, porque han contestado mal a la primera pregunta. La cual fue ¿Cuál es el tema que Pablo está discutiendo aquí? Y la respuesta no es, como ellos afirman, la libertad de la persecución para los cristianos.

El tema del pasaje no es libertad sino la vindicación. Pablo no enfoca en el cuándo ni en el cómo los tesalonicenses perseguidos tendrán alivio; más bien, los asegura que Dios juzgará a sus enemigos y así vindicará a los que han sufrido.

Una de las manifestaciones más espectaculares del juicio de Dios acontecerá en la segunda venida de Cristo, cuando los ejércitos del mundo reunidos en Armagedón serán vencidos por Dios y cuando todo ser viviente aparecerá delante de él (Ezequiel 20:33-44; Mateo 25:31-46). Es sobre aquellas personas que vivan en aquel tiempo que la venganza caerá. Los que rechazaron a Cristo pero que ya han muerto, serán juzgados ante el gran trono blanco después del milenio. Echando una mirada retrospectiva, sabemos que ninguno de los incrédulos quien actualmente perseguía a los tesalonicenses será juzgado en la segunda venida sino ante el gran trono blanco.

Siendo que la vindicación es el tema, eso explica la razón por la que Pablo no mencionó el arrebatamiento en este pasaje, porque ésta no es el tiempo de la vindicación de la justicia de Dios en juzgar al mundo. Es un tiempo de libertad, de esperanza, de encontrarse con el Señor. Algunos tesalonicenses hallaron la libertad por medio de la muerte aun antes que Pablo lo escribiera. Finalmente, todos la encontraron así. Desde el primer siglo, muchos cristianos perseguidos han hallado esta misma salida por medio de la muerte. Algunos la tendrán en el arrebatamiento pretribulacional. Pero, solamente los creyentes que sobrevivan a final de la tribulación la hallarán en aquel entonces; no porque el arrebatamiento acontece, sino porque pasarán con éxito los juicios y verán a sus enemigos condenados.

Pero, si la vindicación en la segunda venida cae sobre un grupo relativamente pequeño de los enemigos de Cristo (piense, en comparación, de los muchos opositores por todos los siglos), ¿por qué se le da tanta importancia a este tiempo de vindicación? Simplemente, porque el fin de la tribulación trae a un climax la rebelión del hombre, una rebelión que sólo se acabará por la intervención personal del Señor. No todos los enemigos del Señor serán juzgados en aquel entonces, sino los que encabezan la rebelión. Tan terribles que hayan sido 23 las persecuciones de los tesalonicenses, o tan horribles que son o sean las de los cristianos subsiguientes, no se comparan con lo que sucederá durante el período de la tribulación. Piense en una analogía. Ya había anticristos en el primer siglo (1 Juan 2:18). Han existido por todos los siglos. Pero habrá un gran anticristo que aparecerá en la historia, el cual será el epítome de la oposición contra Dios. Los otros anticristos ya están en el Hades esperando el juicio al final del milenio, juicio que los echará eternamente al lago de fuego. Pero, el anticristo que está todavía por venir, será juzgado en la segunda venida, y cuando sea juzgado, Dios será vindicado sobre todos los anticristos, aunque sus juicios particulares acontecerán más tarde.

También todos los que han perseguido a los creyentes serán juzgados. El juicio de los vivos en la segunda venida vindicará la justicia de Dios en cuanto a ellos y a todos los perseguidores que ya han muerto.

Si ya sea la muerte o el arrebatamiento lo que trae alivio de la persecución, ¿por qué deben los creyentes tener interés en esta vindicación futura? Es porque el caso contra los perseguidores no se puede cerrar hasta que Cristo sea vindicado y su justicia prevalezca. La persecución tal vez cesa al morir uno, pero el caso contra los transgresores no está cerrado hasta que sean juzgados. Por lo tanto, los creyentes tienen interés, no sólo por el alivio sino también por la vindicación.

Note un ejemplo bíblico de este fundamento. Antes de terminar la tribulación, se escucha en el cielo a los mártires de la tribulación clamando a Dios la vindicación (Apocalipsis 6:9-11). ¿Cuándo juzgarás a los que nos mataron? preguntan ellos. Por supuesto, han conseguido la libertad por medio de la muerte física, y están en el cielo. Sin embargo, están interesados en la vindicación. Y el Señor contesta que tienen que esperar un poco más hasta que otros sufran el martirio como ellos.

En 1 Tesalonicenses 1:10 y 5:9, Pablo extiende la esperanza y la seguridad de la libertad de la ira por medio del arrebatamiento pretribulacional. En 2 Tesalonicenses 1 aseguró a sus lectores que los enemigos del Señor serán juzgados.

En resumen, 2 Tesalonicenses 1 no enseña necesariamente que la libertad de la persecución acontecerá al mismo tiempo que la segunda venida. No enseña el arrebatamiento sino enfoca los juicios sobre los malos y la vindicación de Cristo que ocurrirá en la segunda venida. Esa vindicación da plena seguridad a los santos de todas las edades que la justicia siempre prevalecerá.

  • Entendiendo 2 Tesalonicenses 2:1-4

Otro de los pasajes utilizado por los postribulacionistas es 2 Tesalonicenses 2:1-4:

Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios”.

Ellos ven este pasaje como una enseñanza de Pablo sobre el tiempo postribulacional del arrebatamiento. Pero nada más lejos de la razón. Los tesalonicenses estaban confundidos porque habían falsos maestros que enseñaban que estaban en el día del Señor por la persecución que estaban viviendo, Pablo les exhorta que no se dejen mover fácilmente de su modo de pensar, es decir de lo que habían aprendido de el de que no experimentarían la ira de Dios (ver 1 Tesalonicenses 1:10).

La frase porque no vendrá” no se refiere a la venida de Jesucristo del versículo 1, sino al “día del Señor” del versículo 2 que se enlaza inmediatamente con el “no vendrá” del versículo 3. Lo que Pablo está diciendo aquí es que el día del Señor viene después que se manifieste el anticristo y haya una gran rebelión a nivel mundial y un abandono de la fe casi en su totalidad. El día del Señor no es un solo evento sino un período de tiempo que abarca el pacto del Anticristo con Israel (Daniel 9:27; Apocalipsis 13:1–10); el funcionamiento del sistema religioso impío (Apocalipsis 13:11–18); los juicios de Dios sobre el mundo (Apocalipsis 6:8–11, 16); la persecución del remanente fiel de Israel (Apocalipsis 12); la guerra del Armagedón y su batalla final (Ezequiel 38–39; Apocalipsis 16:16; 19:17–21); el regreso del Señor a la tierra (Mateo 24:29, 30); el programa de resurrecciones de los santos del Antiguo Testamento y de la tribulación (Is. 26:19; Ap. 20:4); el juicio de las naciones (Mateo 25:31–46); el juicio de Israel (Ezequiel. 20:33–38); el milenio (Apocalipsis 20:1 ss.); la purificación de la creación la aparición de cielos nuevos y tierra nueva (2 Pedro 3:10–13; Apocalipsis 21:1).

Fuentes de estudio

  1. Eventos del porvenir - J. Dwight Pentecost

  2. Comentario Macarthur del Nuevo Testamento 1 y 2 Tesalonicenses

  3. Comentario al texto griego del N.T - A.T Robertson

  4. Notas de estudio "El traslado de la Iglesia" - Samuel Pérez Millos

  5. Teología Sistemática - John Macarthur

  6. Si ven pronto Señor Jesús - Charles C. Ryrie

  7. Comentario exegético al texto griego del N.T - Samuel Pérez Millos



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